Estimados amigos y hermanos en Cristo: Buscando entre los muchos y muy valiosos materiales de nuestro Archivo, les comparto lo que encontré publicado en el “Abogado Cristiano Ilustrado”, nombre completo de la publicación oficial de la Iglesia Metodista Episcopal, tomo VII, volumen 6, fechado en la ciudad de México en septiembre de 1883. (No es, entonces, la primera vez que la hoy llamada Ciudad de México lleva nombre),
Pero entrando en materia, este número consta de ocho páginas y aborda diversas columnas. En su portada presenta la Catedral de Canterbury con un grabado de la época y narra hechos sobresalientes sobre la historia de este imponente edificio desde el año 602 con la primera edificación por la conversión de los Sajones y el apoyo del Rey Ethelbert, sus diversas transformaciones y de los daños sufridos en el año 1011, debido el saqueo para luego prenderle fuego y maltratar a los religiosos que habitaban la Catedral. La grandiosa construcción que hoy podemos contemplar (ya sea que nos traslademos hasta Inglaterra o haciendo recorridos virtuales (https://www.canterbury-cathedral.org/virtual-tour/ ) fue solemnemente consagrada en el año 1130 por el arzobispo Guillermo en presencia del Rey Enrique I de Inglaterra, David de Escocia y un gran número de obispos, dice el Abogado Cristiano. Cierra la nota con la siguiente anécdota: en los tiempos de la reina Isabel, tras haberse refugiado en la Catedral varios calvinistas franceses, la soberana reinante les permitió servirse de tan imponente edificio para la celebración de sus cultos en francés, su idioma natal.

Hoy en día, en que casi ya no es noticia la pandemia del Covid-19 -gracias a Dios-, es notable saber que el Evangelista Mexicano aborda en este número, hace 139 años, un asunto de salud pública, época con muchos menos recursos médicos y científicos, cuando la humanidad enfrentaba frecuentemente diversas y mortales epidemias, algunas aún sin vivir, como la gripa española por venir en el 1918-1920. Así es que la edición de septiembre de 1883 incluye recomendaciones para reducir los riesgos de contagio, acudir a la ciencia, dejar a un lado la ignorancia y dejar de achacar los contagios y males atribuidos a demonios y espíritus malignos o a la presencia de algún cometa. Más bien recomienda seguir reglas higiénicas, y aplicar métodos preventivos, sin pasar por alto las reglas que al respecto encontramos en la Biblia.
Y como la Palabra no choca con la ciencia, automáticamente me recuerda las normas de higiene y salud del libro Levítico, Deuteronomio y otros, sobre medidas de aislamiento: cuando alguien tenía una enfermedad contagiosa, se le ponía en cuarentena, es decir, se le aislaba durante un tiempo. Cuando se recuperaba de la enfermedad, tenía que lavar su ropa y bañarse en agua para que se le considerara “limpio” y pudiera regresar al campamento (Levítico 14), del depósito final de restos humanos; había reglas para quien manipulara un cadáver (Levítico 5), reglas sobre el aseo y el lavado de la ropa (Levítico 15) y muchas más. Ya lo dice la palabra en Proverbios 2:
10 Cuando la sabiduría entrare en tu corazón,
Y la ciencia fuere grata a tu alma,
11 La discreción te guardará;
Te preservará la inteligencia,
12 Para librarte del mal camino,
Y en las noticias generales, nuestro número reporta la denuncia titulada “Escándalos clericales en Santiago de Cuba” sobre el abuso sufrido por una joven monja de singular belleza en un convento, por parte de un cura y otros religiosos más, de la afortunada intervención de la población y de la cierta resistencia de la autoridad gubernamental de intervenir en el caso. No pasa por alto el autor de la columna su deseo por la abolición de todos los conventos, que en México quedaron prohibidos a raíz de la promulgación de las leyes de Reforma. Que los hechos narrados sean la última injuria lanzada contra la sociedad del siglo XIX, dice la publicación referida. Las notas actuales de los periódicos y noticieros sobre los abusos a niños por sacerdotes católicos y otros en México y otros países indican que estamos frente a una tarea no acabada por la no obediencia de la ley de Dios.
Te invito leer el número completo, hoy con la maravilla del internet, ya que la UNAM tiene digitalizados muchos números del Evangelista Mexicano y el Abogado Cristiano Ilustrado: https://hndm.iib.unam.mx/consulta/publicacion/visualizar/558a333b7d1ed64f1692518a?intPagina=1&tipo=pagina&palabras=abogado-cristiano&anio=1883&mes=09&dia=01
Y, por último, la invitación para que visites la página www.metodismomexicano.org publicación de la Sociedad de Estudios Históricos del Metodismo en México -capítulo CASE- pues tiene una gran cantidad de material históricos sobre la vida e historia de la Iglesia Metodista de México.
Amigo lector, hasta la próxima entrega…