Cómo olvidar esos ejercicios que nos encargaban en la escuela, en los que nos pedían hacer un proyecto de vida, de cómo nos veíamos en 1, 5 y 10 años… vaya que esos trabajos siempre se me complicaron, porque me costaba trabajo echar un vistazo al futuro y pensar qué sería de mi vida más adelante. Y aunque tenía una visión general de lo que podía ser, jamás imaginé estar aquí haciendo algo totalmente diferente a lo que planeé.

Mi nombre es Stephany Aguilar Belmonte, mejor conocida como «La Fany», originaria de Cd. Chihuahua. Tengo 27 años y soy Licenciada en Educación Preescolar. Egresé en julio del 2018 y en ese mismo año comencé a laborar. Cabe señalar que obtener una plaza definitiva de maestra en tu lugar de origen es sumamente difícil, así que cubrí interinatos por dos años aquí mismo en la ciudad.

Posteriormente se abrió la oportunidad de ser acreedora a mi plaza definitiva, con la opción de aceptar en  Cd. Juárez y con el paso del tiempo, buscar el cambio para ir acercándome a casa poco a poco (proceso que tarda entre 2-5 años como mínimo). Ante esta situación, en medio de una contingencia mundial, estaba próxima a casarme, llena de incertidumbre y con la novedad de que habían despedido a mi prometido de su trabajo, por el recorte de personal a causa de la pandemia. Dedicamos un tiempo para platicar el “¿qué sigue?” y tomamos la decisión que era el momento ideal para irnos a Juárez y, si era necesario, adelantar nuestra boda. No olvido las palabras que le dije en aquel entonces:  ”Ya no tienes que dejar tu trabajo, tus papás y los míos están bien de salud, así que, éste es el momento para irnos y tratar de regresar lo antes posible”… No tenía ni idea de lo que se dejaba venir para nuestras vidas….

En agosto de 2020, 15 días después de esa charla con mi prometido y de haber aceptado mi plaza en Cd. Juárez, mi papá sufrió un episodio más de micro-infarto cerebral, ocasionando severos daños, entre ellos, una fuerte hidrocefalia (agua en el cerebro), la cual impide múltiples funciones motrices, de lenguaje, memoria y pensamiento. Su deterioro fue progresivo, pero acelerado: comenzó a batallar para caminar, luego empezó a usar bastón, poco a poco dejó de controlar el esfínter, perdió coordinación en sus manos,  se le olvidaban cosas e incluso batallaba para articular las palabras al hablar, así que con todo esto él fue perdiendo su independencia y comenzó a depender de nosotros para vivir el día a día. 

Para mi fortuna, las clases en el kinder eran de manera virtual, sólo iba a Juárez cuando me lo pedían; así que yo le ayudaba a mi mamá a cuidar y atender a mi papá mientras ella y mi hermano iban a trabajar. Y aunque siempre he hecho las cosas con  amor incondicional y con mucha gratitud, puedo decir que éste ha sido uno de los procesos más difíciles de mi vida, donde mi fe fue probada, pasada por fuego, donde las preguntas de ¿Por qué está pasando esto? ¿Por qué de esta manera? ¿Por qué no pudimos hacer nada? por qué, por qué por qué estaban a la orden del día; donde no encontraba respuestas; donde el cansancio físico, emocional y espiritual empezaban a mermar en todos los aspectos de mi vida, pero me seguía aferrando a que Dios tenía un propósito fiel para todo esto,

Tiempo después la situación de mi papá empeoró. Hubo más episodios que me tocó presenciar estando solos él y yo; hubo más secuelas y la situación se veía cada vez menos favorecedora, además de tener la incertidumbre constante de ¿Qué va a pasar con mi trabajo? ¿Cuándo me tendré que ir?, ¿Alcanzaré a casarme? ¿Mi papá me podrá entregar en el altar? ¿y si no llega?… 

Durante mucho tiempo me atormentó la incertidumbre de no saber qué sería él día de mañana. Pero hoy veo con mayor claridad y victoria todo ese caminar, la fidelidad de Dios en todo momento y también poco a poco he podido descubrir el propósito para nuestras vidas, así que te cuento…

• Si me casé, y ante la pregunta de ¿Quién entrega a ésta mujer?, mi papá efusivo, en su silla de ruedas respondió: “YO MERO”. Y sabes, ese ha sido un gran regalo para mí; además que elegí un varón de Dios que me ha acompañado en cada parte de este proceso, que ha estado en la salud y la enfermedad, en lo bueno y lo no tan bueno, que ha levantado mis manos cuando ya no tienen fuerza, que ha sido mi apoyo incondicional y que se ha puesto la camiseta para cargar, mover, bañar y lo que haga falta con papá. Un esposo que cada día me demuestra su amor genuino, porque me ama como Cristo a la iglesia.
• En agosto de 2021, cuando las clases ya serían presenciales, me tenía que ir a vivir a Cd. Juárez lo antes posible y dejar a mis padres. Con tremenda situación, tomé la decisión de renunciar a mi plaza y dejar de ser la «Maeta Fany»… No voy a negar que fue una decisión difícil, que después de meditar, mucho orar y darle vueltas una y otra vez, con miedo e incertidumbre, me atreví a confiar plenamente en Dios y dar ese paso de fé, teniendo la certeza de que su provisión sería fiel como lo es Él. Y aunque sé que mucha gente pensó que hice una locura, hoy puedo decir que ha sido la mejor decisión de mi vida. Te comparto algunas palabras que escribí en mi diario el día que firmé mi renuncia:  

«Hoy apuesto por hacer un tesoro en el cielo, hoy apuesto por honrar a mis padres, sabiendo que Dios me respaldará. Renuncio a ser maestra para ser hija y esposa, he renunciado a tratar de tener el control de todo y depender únicamente de Dios, renuncio a mi comodidad y seguridad para experimentar su gracia y su favor. Con esta decisión renuncié también a la incertidumbre, el cansancio físico, emocional y espiritual con el que llevaba tanto tiempo cargando a raíz de la enfermedad de mi papá, he renunciado al estrés y me doy la oportunidad de descansar, he renunciado a mi viejo estilo de vida para comenzar uno nuevo, con experiencias, retos y aprendizajes que me ayudarán a seguir formando mi carácter, el cual espero, sea cada vez más parecido al de Cristo”.

• Soy Licenciada, pero mi sueño loco siempre fue vivir de la fotografía. Y hoy, doy gracias a Dios por mi esposo, que me impulsó y apoyó en todo momento para hacerlo realidad. Agradezco por esta herencia hermosa que me dejó mi padre, quien me enseñó los principios básicos de la fotografía desde niña, pero más que nada me dio alas para un día poder volar solita… Nunca imaginé que hoy viviría de esto para cuidar de él y es aquí cuando resuena en mi cabeza Isaías 55:8-9  Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. 9 Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.

• A pesar de que mi papá fue discipulado por mucho tiempo y respetaba que nosotros nos congregáramos y demás, él nunca quiso nada con Dios. Sin embargo, en septiembre del año pasado mi papá aceptó al Señor Jesús como su único y suficiente salvador, además que él tomó la decisión de cumplir con el sacramento del bautismo, y es entonces que el propósito de Dios brilla fuertemente, pues mi padre ahora está inscrito en el libro de la vida eterna.
• Mi esposo y yo estamos sirviendo juntos en el ministerio de alabanza y como consejeros de jóvenes, además de remodelar nuestra casa, con el sueño de tener ahí mi estudio fotográfico y que sea un lugar donde los jóvenes y las personas en general  puedan conocer a Dios y sea glorificado su nombre.
• A través de este proceso he aprendido a dar una adoración cada vez más genuina, sin importar las circunstancias, porque he entendido que Dios sigue siendo el mismo y él lo merece.

Finalmente, puedo decir que, aunque el camino no ha sido fácil, ha estado lleno de victorias; y hoy tratamos de vivir el presente y verlo como un regalo. La gratitud es la gasolina para continuar, la fe ha sido probada y refinada que brilla como el oro, ahora más pura y fortalecida. Y aunque lo que planeé no es nada parecido a la realidad, no cambiaría mi presente, porque tengo la certeza de que el autor de todo, es el que va al frente escribiendo la historia.

Toda la Gloria sea únicamente a Él.
Stephany Aguilar Belmonte

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Es congregante de la Iglesia Dios de Paz y junto con su esposo Benjamín sirven al Señor en el ministerio de Alabanza y son asesores de la LMJI de su Iglesia Local

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