Saltillo, Coah. a 15 de diciembre del 2016.
MINISTERIO DE EDIFICACIÓN Y TRANSFORMACIÓN
El Hno. Cuau, les desea en esta Navidad dicha, alegría, amor, paz y esperanza en unión de sus seres queridos y comparto con ustedes la historia del árbol de navidad, para que la lean en su celebración navideña con familiares y amigos.
Fue
en una
ciudad muy
grande y lejana.
Wittermberg , ciudad
Germana. Era una noche
fría y era Navidad. Un hombre
solo pasaba pensativo a través de
un bosque espeso, este hombre meditaba
reflexivo con el corazón oprimido. Y su pensa-
miento ligero como el viento, a través de la edades
se volvía al pesebre de un establo solitario, donde el
Príncipe de gloria nacía…y allí contempló la escena junto
a un árbol milenario. Al volver su pensamiento, se fijó en un
arbolito, siempre verde, erecto y firme, adornado por la nieve;
vio su aspecto lozano, vio sus ramas tan esbeltas. Este hombre
era Martín Lutero, que absorto contemplaba el arbolito para encontrar
en él señales evidentes, claras, reales del inmenso y santo amor, su
verdor entre la nieve, su estructura dulce y breve, su tronco fuerte y terso;
le indicaban lo perene del amor del Dios del cielo, lo dulce y solemne de ese
amor que da consuelo y la nieve al envolverle semejaba catarata que viniese a
entretejerle bellas guirnaldas de plata. Es, pues, un símbolo del amor de Dios por
lo bello y perene, el abeto entre los hielos siempre verde simbolizan la esperanza
firme, que nada lo daña y que el cristianismo nunca pierde. Entonces Martín Lutero
entusiasmado, cortó aquel arbolito encantador, lo llevó hasta su hogar con gran cuidado
y lo adornó con brillante resplandor; luego llamó a sus hijos y a su esposa que, al llegar,
quedaron admirados, y fue la Navidad más deliciosa que jamás habían podido celebrar. Desde
entonces se adoptó la
costumbre en esa gran
ciudad, después a todo
el mundo agradó tener
un arbolito cuando viene
la alegre Navidad y con
él recuerdan la historia
de Aquel que a todos
supo amar y rescatar.
“Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad”. Un niño aprende que Dios amó tanto al mundo que dio a Su Hijo unigénito. Una señora se aferra a la promesa que Dios hizo, y que después se cumplirá, a través de Su Regalo. Una maestra descubre que el mejor regalo es aquel que requiere dar más de uno mismo. María y José reciben el Regalo precioso de Dios con brazos abiertos, y con fe, a pesar de las circunstancias adversas. Y desde esa noche, cada corazón que ha estado abierto y deseoso de recibir el Mejor Regalo, ha encontrado paz, gozo, amor, esperanza, salvación y vida eterna, gracias a Jesucristo. ¿Has abierto tu corazón a ÉL? ¿Aceptarías Su Regalo en esta Navidad? Dios te bendiga, y te guarde de todo mal, y que tengas una excelente Navidad en compañía de tus seres queridos, y recuerda hacer de este día un día santo, un día saludable y un día feliz.¡FELIZ NAVIDAD!
que curiosa imagen, pareciera que todos se postran ante el árbol, nomas cámbialo a una imagen de un santito y es la misma, o un baal y es la misma…
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Hno. Adán, te invitamos a no fantasear con tu mente, la imagen no refleja adoración alguna ante cualquier persona que la vea con una mente tranquila. De todos modos, publicamos tu comentario. Que pases una feliz temporada navideña, creas o no en la Navidad.
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