El Sueño Traidor

El Sueño Traidor

John P. Feagins

Quien sigue la senda del vil pecador, se entrega en los brazos de un sueño traidor.

Himno: Iglesia de Cristo, Mateo Cosidó 1874

En febrero de 2017, compartí mis pensamientos sobre “El Espíritu del Anticristo”, un espíritu maligno que aparece en la historia entre líderes autocráticos y el culto a la personalidad.

Cuando escribí esto, Donald Trump, un populista sin experiencia en el gobierno, tenía apenas un mes como presidente de los Estados Unidos, mi país de origen. A pesar de sus negocios pecaminosos y carácter grosero, ganó la presidencia con la ayuda de numerosos creyentes y líderes evangélicos.

Una vez en el poder, puso a sus aduladores en posiciones de influencia y despidió a otros. De allí, socavaron cada área de administración, el medio ambiente, educación pública, respuesta a desastres, justicia, comunicaciones, relaciones interiores y exteriores, y últimamente, salud pública. Varios de sus socios fueron denunciados y condenados por corrupción y traición solamente para ser perdonados por su mismo jefe que les puso a hacer el mal.

Como líder visible del país, traicionó alianzas históricas y se acercó a gobiernos autocráticos como Rusia, Corea del Norte, Arabia Saudita, las Islas Filipinas, Brasil. Levantó muros en la frontera mexicana y oprimió a gente buscando refugio, robando sus niños. Fomentó la impunidad entre policías brutales, grupos guerrilleros racistas y machistas. Usó su privilegio para enriquecerse con un nepotismo nunca antes visto en la Casa Blanca. En su tiempo libre, jugaba el golf, convocaba manifestaciones de sus seguidores fomentando el odio, y de día y noche, esparcía propaganda maligna por Twitter, difamando a cientos de grupos e individuos.

Para muchos evangélicos americanos, lo que empezó como un tratado para obtener el poder, se convirtió en una secta idólatra inclinada a Donald Trump: el “Trumpismo”.

En 2017, terminé mi amonestación con estas palabras:

Que Dios nos fortalezca con el valor de ser fieles y firmes en la verdad de nuestro Señor Jesucristo con inspiración de su Espíritu Santo aún cuando una legión engañada decide saltar por un precipicio.

El miércoles 6 de enero de 2021, la legión “Trumpista” saltó en violencia contra el gobierno. En respuesta a su falso mesías y sus mentiras, atacaron la Cámara de Diputados y Senadores de los Estados Unidos. intentando un golpe de estado.

Se sonó la trompeta de un anticristo. Se pasó lista entre sus seguidores. ¿Quién se presentó? Grupos racistas. Grupos de guerrilleros terroristas. Creyentes en teorías de conspiración. Grupos machistas. Diputados traidores. Policías brutales. 

Y entre esta pocilga de lo más vil de los Estados Unidos de América, se encontró otro grupo: miembros de varias iglesias evangélicas: padres, madres, personas típicas de la clase media anglosajona, pero totalmente radicalizados, lavados del cerebro. Llevaron banderas nacionales y banderas con el nombre de Jesús juntamente con banderas de grupos Neo-Nazi en insurrección violenta.

¿Cómo pasó esto?

No es la primera vez que gente religiosa se engañó en gran manera.

El fanatismo político-religioso es prominente en la historia de los metodistas mexicanos. En el principio de la obra misionera, la libertad de culto fue algo nuevo y “liberal,” tanto como la misma democracia. 

En aquellos tiempos, políticos y sacerdotes conservadores animaban a fanáticos también. Circulaban propaganda para difamar a los protestantes, animando al pueblo a perseguir a los “herejes”. Para los engañados, su violencia fue una guerra espiritual. 

Usaban los mismos medios de hoy: El rechazo social. La exclusión económica. El aislamiento de nuevas ideas. La propaganda difamadora. Teorías de conspiración. Nacionalismo. Todo para fomentar división y odio con el fin de apagar el movimiento liberal, igualitario, democrático y secular.

Los protestantes mexicanos sufrieron coerción violenta desde sus propias familias. Creyentes y templos fueron atacados por machetazos, incendios, linchamientos, y todo para oponerse a lo liberal. Tanto como hoy, los líderes cobardes se escondieron detrás de sus muchedumbres anónimas.

Sabemos hoy que su oposición no fue moral ni espiritual. Quisieron preservar el orden feudal de aristocracia, teocracia, y hegemonía religiosa Católica Romana en México, el estatus quo que los mantenía en el poder y privilegio. 

Hoy encontramos algo parecido. La desigualdad económica ha causado una pobreza plena. Nuevas historias, descubrimientos, narrativas e ideas desafían prejuicios, mitos, y creencias tradicionales. Los que sufren buscan a quién culpar por su ansiedad y marginación. 

Nuevos medios de comunicación ofrecen cámaras de eco, sitios web, redes anti-sociales, noticieros parciales, congregaciones y ministerios “independientes” sin normas de doctrina en los cuales se congregan personas del mismo prejuicio (1 Tim. 4:3). El resultado es un país polarizado económicamente, ideológicamente y socialmente. El cisma en la Iglesia Metodista Unida también es resultado de este proceso.

Dentro de estas cámaras de eco, se cree que la elección de 2020 fue robada. ¡Mentira! Se cree que COVID-19 es una farsa, un pretexto para cerrar iglesias. ¡Mentira! Se cree que la vacunas son malas. ¡Mentira! Se cree que Donald Trump es enviado por Dios y que es el mejor presidente que todos los tiempos. ¡Mentira! Se cree que los derechos humanos y civiles y los servicios sociales promuevan el ateísmo y comunismo. ¡Mentira! Se cree que los humanos no causan contaminación y el calentamiento global. ¡Mentira! Se cree que el partido Republicano es cristiano. ¡Mentira! Se cree que Estados Unidos es un país cristiano. ¡Mentira! Se cree que el partido Demócrata es satánico y pedófilo. ¡Mentira! Se cree que los inmigrantes vienen a contaminar y robar el país. ¡Mentira! Se cree que los judíos buscan dominar el mundo. ¡Mentira! Se cree en la superioridad de los anglosajones. ¡Mentira!

Son las mismas mentiras de siempre, ahora en los Estados Unidos, ayer en Alemania Nazi, antes en la Inquisición Española. El colonialismo de la mente no ha cambiado, sigue machista, imperialista, y racista; sigue la explotación del medio ambiente; sigue concentrando poder y privilegio en lo autoritario y plutocrático; sigue usando la religión para sus fines económicos, políticos, y culturales.

¿Qué hacemos?

Tanto hoy como en el pasado, los metodistas tienen un papel especial dentro del mundo y la comunidad cristiana. Nuestra misión es reformar la sociedad, la iglesia y las almas por la santidad bíblica. Nuestro orden es democrático. Nuestro ministerio es inclusivo. Nuestra teología es académica y científica. Tenemos un testimonio social. Somos opuestos a la superstición, el fanatismo, la corrupción y violencia política, la opresión y la esclavitud.

Creemos en la salvación no como privilegio con impunidad sino como un proceso en el que la gracia de Dios nos libera del poder del mal y del infierno que el mal desata. Nacidos de nuevo, gozamos la libertad del albedrío, la libertad de consciencia y la libertad del pecado. Somos responsables moralmente a Dios y unos a los otros. Huimos del mal. Hacemos el bien. Atendemos las ordenanzas de Dios. Somos santificados en el amor por el Dios Trino, el Dios de Amor, encarnado en Jesucristo, presente en el Espíritu Santo.

Delante del machismo, del fascismo, del racismo, del nacionalismo, del consumismo, del fanatismo, de la idolatría del culto a la personalidad, y de la difamación y opresión de grupos vulnerables y pobres, nuestra doctrina y disciplina será acusada de ser “liberal”.

¡Que así sea! 

Somos discípulos del Cristo de las Escrituras, del Señor que dijo:

Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;
y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.  

Juan 8:31-32


17 de enero de 2021


Rev. John P. Feagins. Pastor, La Trinidad United Methodist Church. San Antonio, TX, EUA.


4 comentarios sobre “El Sueño Traidor

  1. Rev. Feagins, gracias por su reflexión, muy oportuna en los tiempo que vivimos. Un aspecto importante del discurso acción actual del gobierno estadounidense, es el de la unidad, evitar la confrontación por ideas falsas. Admiro su valentía.

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  2. Fue un presidente que se opuso al aborto. El actual, parece que va en sentido contrario. Los medios nos presentaron durante cuatro años a un presidente Trump errado, y ahora se dedicarán a presentar a un presidente Biden acertado. Eso es lo que quieren que veamos.

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