Ciudad de México, a 25 deAgosto de 2021.
“Y creó Dios al Hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó” (Gn. 1:27).»Iguales derechos y aplicación por parejo de la justicia para todos los hombres y mujeres en todos los estados de la vida».
Credo Social, Disciplina IMMAR
Al pueblo Metodista, familiares, amigos y la sociedad mexicana,
P r e s e n t e:
Por este medio y a nombre de un grupo de mujeres mexicanas, cristianas y pastoras, expresamos nuestra solidaridad absoluta y plena con las mujeres niñas, adolescentes, jóvenes y maduras que hoy han vuelto a ser vulneradas y oprimidas en su libertad al ser creación divina, hermosa e inteligente, en Afganistán. Las reconocemos como nuestras hermanas con las que formamos parte de la diversidad en dones, talentos, carismas, ideología y compromiso, necesarios en las sociedades de nuestro planeta.
Los medios de comunicación mundiales nos han devastado con la noticia de que hoy mismo sus derechos humanos y civiles son pisoteados. Por ello clamamos y reclamamos justicia ante la violencia sistemática que se vive en su país. Estamos convencidas de que la dignidad de hombres y mujeres es un principio teológico presente en cualquier religión y raza; que conduce no solo a la ética de los pueblos sino a una forma de vida en plenitud, conforme se consideró en la Convención Mundial sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, adaptada y abierta a la firma y ratificación, o adhesión, por la Asamblea General en su resolución 34/180 de diciembre de 1979, (anexo 1), donde se señala que las mujeres tenemos el derecho de vivir con seguridad en nuestro país y a exigir que nuestras autoridades garanticen nuestra libertad y seguridad dentro de casa y por las calles del país en que habitemos.
Nos unimos en esta lucha moral para que todas las mujeres tengamos una vida de paz y de justicia, como lo enseñó Jesucristo; nos violenta la forma en que ellas son tratadas desde las pequeñas infantes hasta las adultas, por ello nos unimos ante su dolorosa realidad y al llamado de las miles de familias que padecen la muerte, física y emocional del pueblo afgano.
Condenamos cualquier práctica violenta hacia esas mujeres y exigimos que la Organización de las Naciones Unidas vigile el pleno cumplimiento de los derechos reconocidos para todas las mujeres, aprobados en la Convención sobre el Derecho del Niño (anexo 2) y la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de discriminación contra la Mujer, que han sido ratificados por Afganistán ante los Derechos Humanos Internacionales para que garanticen la protección de todas y todos los ciudadanos en manos de los talibanes -especialmente el de las mujeres-. Asimismo excitamos la conciencia de nuestra sociedad y a nuestras autoridades eclesiásticas a no pasar por alto esta situación que lastima y destruye.
Como pastoras apoyamos a las mujeres Afganas para que sean liberadas de esta forma de esclavitud y proponemos convocar a mujeres y hombres de nuestras congregaciones para participar en una liturgia, con presencia de nuestras autoridades civiles y religiosas, en que se comparta la Palabra de Dios y otros recursos para sensibilizarnos como creyentes y sociedad a fin de continuar abriendo las puertas de nuestro corazón y país a la llegada de nuestros hermanos y hermanas afganos.
Es verdad, ellas están al otro lado del mundo pero su lucha también es nuestra cuando Dios nos cuestiona en Génesis 4:9: ¿Dónde está tu hermana/o?: Ahora reflexionamos: ¿Cómo podremos ayudarles? Que el Señor abra nuestros corazones, mentes y sendas para glorificarle en medio de esta tormenta,
Pues Él cabalga en medio de ella.
Nahúm 1:3b
Atentamente,
Pastoras del Distrito Valle de Anáhuac
- Albertina de la O Alba,
- Jocabed del Río Silva,
- Paula A. Ramírez Salazar,
- Rebeca Ramos Corona,
- Patricia V. Gómez García,
- Lizbeth Fuentes de la Peña,
- Raquel López Herrera,
- Ma. Zabdiel Campos Muñoz,
- Elizabeth Romero Ríos,
- Raquel Itzel Villalvazo Moreno,
- Capellanía Sara y Judith