Unidad, Diversidad y Límites en el Siglo XXI

Unidad, Diversidad y Límites en el Siglo XXI

El cuerpo pastoral de la Iglesia Metodista de México disertó y fue capacitado en temas de actualidad que retan la labor profética de la Iglesia.

Redacción EEM

ENCUENTRO NACIONAL DE PASTORES METODISTAS

Los pasados días 18 al 22 de octubre se llevó a cabo el Tercer Encuentro Nacional de Pastores de la Iglesia Metodista de México. En una reunión digital que congregó a más de 300 asistentes de todo el país, se tocaron diversos temas de actualidad para el ministerio de la Iglesia Metodista de México.

Delitos sexuales

Entre otros temas, se disertó sobre el equipamiento jurídico para los pastores, en la prevención y atención de delitos sexuales, con el objetivo de proveer a los ministros de herramientas y conocimientos jurídicos para atender los asuntos en materia de delitos sexuales en el ejercicio de la ética pastoral. El Maestro Pablo Negrete Solís, de la CAM, comentó que, aunque los delitos sexuales se persiguen por querella, esto es, por denuncia de la persona afectada directamente, la propia IMMAR debe estar atenta, ya que aunque no exista interés en denuncia por la víctima, la institución puede ser cómplice por omisión.

Violencia de género

En el tema de la violencia de género, la Dra. Sandra Villalobos Nájera, hizo un análisis de la Iniciativa con proyecto de Decreto por el que se reforma la fracción IV del artículo 29 de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público en nuestro país. En su presentación, señaló que existen muchas costumbre muy arraigadas en nuestra sociedad que «regularizan» la violencia de género, como el control del dinero, las actividades domésticas, las masculinidades mal entendidas o los machismos. Dijo la Dra. Villalobos:

“Quizás habría que trabajar en una teología de la equidad, respetando los «roles de género» bíblicos, pero superando las relaciones de poder o discriminación. Nuestra fe señala la importancia del sacerdocio universal; individual, no colectivo. ¿Qué importancia tendría la educación o pastoral hacia el individuo, para todas las personas, sin importar su género?”

Sobre las iniciativas para reformar la Ley Federal de Asociaciones Religiosas y Culto Público, se comentó que se pretender modificar el art. 29 para sancionar a las Asociaciones Religiosas cuando ejerzan actos de discriminación con motivo de la identidad sexual o expresión de género de las personas. Sin embargo, también se hizo la precisión que ello ya está incluido desde hace años en la Ley Federal para Prevenir la Discriminación, que considera misoginia, homofobia, origen étnico, religión, apariencia física y preferencias sexuales como características sujetas de discriminación. Por tanto, no sería necesaria la reforma a la Ley de Asociaciones Religiosas. Este tema, por supuesto, quedará en manos del Poder Legislativo de la República.

Al final, una de las conclusiones fue que “el dogma de la IMMAR” es constitucional, pero eso no le da derecho de humillar, denigrar o discriminar a nadie por su orientación sexual.

Diversidad sexual

Sobre el polémico tema de la diversidad sexual, fue muy ilustrativa la ponencia del Obispo Rodolfo Rivera la Rosa, de la CANCEN, quien invitó a los asistentes distinguir opiniones de conocimiento, a dejar de lado las controversias estériles o posturas del “todo o nada”. Hizo énfasis que Dios nos llama a ser familia,  a ser pueblo que acoge con alegría y con amor al prójimo, aunque sea el que disiente de la Biblia y de orientación sexual diferente a la que consideramos aprobada.

El obispo Rivera reconoció que lamentablemente, la falta de diálogo o pastoral ha lastimado y ahuyentado. También, recordó que las iglesias históricas han abordado al tema lo que, aunque no tiene aceptación total, ha generado divisiones. En relación con la IMMAR, señaló la incorporación del artículo 339 en el Libro de la Disciplina, la modificación de estatutos del Grupo de Matrimonios y del matrimonio pastoral, así como modificaciones al Credo Social. 

Reconoció que, actualmente, hay voces individuales, pero no grupos organizados ni propuestas formales sobre la apertura total a la diversidad sexual en todos los ámbitos del ministerio de la Iglesia. Mencionó que se percibe un posible conflicto con Derechos Humanos contemplada en la legislación del Estado Mexicano, que es un embate ideológico y cultural, por lo que debe ser entendido en ese sentido, pero que no debemos rehuir el diálogo, sin caer en la reacción irracional.

Rivera llamó a ubicar la sexualidad como parte del plan de salvación. Alertó sobre los textos sagrados judíos, que colocan al sexo como parte de la vida plena; las relaciones de amor son acosejadas por la Biblia. Pero, también fue muy enfático, no hay recomendaciones para parejas sexuales del mismo género.

En general, se hizo un llamado para tener cuidado de la ética pastoral para todos. Para identificar la lucha interior de la persona, para atender pastoralmente, con empatía. A ejercer la compasión sobre todo, porque la transformación en Cristo no representa necesariamente una transformación sexual instantánea. No representa una pastoral eficaz la falta de paciencia y la condenación eterna. Se debe invitar a la transformación en Cristo.

El obispo dijo que no podemos ignorar la permeabilidad de las ideologías de género, pero que la homosexualidad no es ni siquiera uno de los peores pecados, ya que desde el Nuevo Testamento, por ejemplo, se da más énfasis a la gula. También, que se debe observar el tema desde la hermenétuca bíblica, no desde nuestros prejuicios.

Dijo que la fe puede ser muy opresiva; que el lenguaje pastoral debe ser grato y digno. Los pastores deben ser agentes de la Gracia, donde la diferencia no se convierta automáticamente en juicio. Jesús nos llama a ser compasivos, antes que oprimir al discriminado. 

Señaló una ruta crítica a seguir como iglesia con una capacitación seria a ministros para pastoral hacia las comunidades LGBTI, ya que cuando hay actitudes amables, la iglesia puede florecer; toda iglesia debe centrarse en facilitar la relación con Dios de las personas, no alejarlas. Dijo que “tenemos posturas, pero tengamos sobre todo compasión. Debemos ser la mano tendida de Dios. Debemos educar a las congregaciones”. Señaló que se requiere educación, no limitar la gracia y el poder de Dios a los pecados sexuales, ya que no estamos llamados a señalar las diferencias.

El Obispo Rivera, en general planteó una «tercera» vía a las típicas posturas: ni segregación homofóbica, ni inclusión irracional, sino pastoral compasiva con educación para la iglesia.

En su intervención, el Dr. Ernesto Contreras Pulido, recordó a los asistentes que “oponerse a la homosexualidad no es ser homofóbico”.

Por su parte, el pastor y doctor Gilberto Amaro, hizo un llamado a no olvidar que en nuestro país, aunque existen leyes, existe mucha violencia y discriminación contra los diversos sexuales. Junto con la policía y los gobiernos, las iglesias son las que más discriminan a las comunidades LBGTI. Ello genera violencia y crimen contra ellos.

¿Qué hacer contra crímienes de odio? Las columnas esenciales deben ser: compasión, humildad, discernimiento y cuidado mutuo. 

En su intervención, la Pbra. Enriqueta Razo Ultrilla dijo que el pastorado tienen un gran desafío y muchas limitantes: “¿En qué momento debemos dejarlo a especialista, terapeutas, para caminar juntos? Porque debemos reconoecr que si deseamos dar terapia, es un delito federal al no tener estudios específicos”.

Pero sobre todo, las conclusiones de este panel de expertos fue que este tema no debería ser un punto de separación, sino punto de servicio. Y las cuestiones a trabajar son: “¿Cuál fue la actitud de Jesús ante los marginados por la religión? ¿Podremos actuar como Jesús?”.