Obispo Moisés Morales Granados
01 de enero de 2022
Mensaje episcopal para 2022
Juan 3: 14-17.
Millones de cristianos en el mundo conocemos de memoria, y recitamos frecuentemente, Juan 3:16: Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Sin embargo, algunos no recordamos que en la conversación con Nicodemo, el Señor hizo mención a la serpiente que Moisés levantó en el desierto, e inmediatamente después, en el versículo 15, leemos: Para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna. Si entendemos, con Jesús, que la vida eterna es conocer al único Dios verdadero (tener comunión íntima, cercana y continua con Él), y a Jesucristo… (cfr. Juan 17: 3), entonces el amor de Dios, el don de la salvación y la fe son para que vivamos cada día con referentes de eternidad.
Los años pasados han sido de dolor y angustia para millones de personas en el mundo: el COVID 19, con su secuela de enfermedad y muerte; las caídas en las economías de casi todos los países del mundo y la pérdida de empleos, con la amenaza de la pobreza en la puerta de millones de hogares; junto con el confinamiento en nuestras casas, se cerraron escuelas, empresas, negocios, a nosotros se nos privó de la comunión y la adoración en los templos, la creciente violencia al interior de las familias. En el pasado inmediato parecía que las serpientes nos mordían (cfr. Números 21:4-9) y sí, muchas serpientes mordieron nuestros talones. Tengamos presente que Cristo le dijo claramente a Nicodemo: Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. (Juan 3:14-15). Por supuesto que nos cuidamos, obedecemos a las autoridades sanitarias del país, nos vacunamos, usamos cubre bocas, comprendiendo que estas actitudes y actividades no menoscaban nuestra fe sino, por el contario, afirman nuestras convicciones bíblicas como esta que dice: no te pido que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.
Ahora, en el inicio del año 2022, teniendo presente que el énfasis anual es “La Santificación o Perfección Cristiana”, es necesario que revisemos algunas características del Dios de la Biblia, del Dios en el cual creemos. En primer lugar, recordemos que es el Creador: en el principio creo Dios, dice Génesis. Dios creo el espacio e inició el tiempo, es decir, empezó la historia, sin embargo, no está sujeto al mundo o al devenir de la humanidad, sino está por encima de la historia y tiene al mundo en sus manos. La creación va en la dirección que el sabio Dios ha determinado, por lo que es posible confiar y descansar.
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