Entrego la estafeta a los pastores de mi Conferencia y de la iglesia en general, seguro de que he cumplido, en lo posible, con la tarea que me correspondía. Ahora, desde la banca de segunda fila, seguiré siendo testigo de los nuevos tiempos y logros que otros pastores y laicos habrán de aportar a la IMMAR.
EL 25 DE JUNIO DE 2022 ME DESPEDÍ DE LA CANCEN
Era el sábado, día de clausura de la asamblea de la Conferencia Anual Norcentral, cuando solicité a nuestro obispo la oportunidad de decir unas palabras para informar a los asistentes de mi retiro definitivo de la tarea pastoral. Después de 73 años de servir como pastor de la IMMAR, tomé la decisión de retirarme para realizar otras responsabilidades que por falta de tiempo y recursos no había podido cumplir.
Mi trayectoria pastoral comenzó a la edad de 17 años cuando el presbítero Miguel Rojas, Superintendente del Distrito de Puebla, me llamó a su oficina para entregarme mi primer nombramiento como pastor. Estaba cursando el tercer año de secundaria en el Instituto Mexicano Madero. Pese a mi total inexperiencia y falta de preparación, el Presbítero Rojas me comunicó estar convencido de mi llamamiento al pastorado, tras investigar mi conducta como estudiante y mi obsesión para aprender todo lo relacionado con el ministerio pastoral.
Mi primer nombramiento fue para atender el circuito formado por las congregaciones de Tepatlaxco, Magdalena y Hueyapan. Y de allí a Tequisquiac, Apaxco, Parral, Monclova, La Trinidad de Monterrey, La Trinidad de Chihuahua, San Pablo Torreón, El Divino Salvador en Cd. Juárez, Chih., Principe de Paz, Casa de Vida y Paz en Durango, Buenas Nuevas Cd. Juárez, y finalmente, en El Paso Texas, Camino al Cielo.
Entre una y otra iglesia he sido Superintendente de Distrito por 4 ocasiones y he cumplido con responsabilidades nacionales, algunas de las cuales me llevaron a Buenos Aires, Costa Rica, Atlantic City, Dublín Irlanda, San Louis Missouri, Lima, Perú. He tenido la oportunidad de fundar 4 iglesias, sostenido por la gracia de Dios, y la fiel y eficiente compañía de mi esposa, la maestra Myriam Vela de Rivera, y mis 4 hijos Perla, Mildred, Eduardo e Ingrid. Por obediencia a las normas de nuestra disciplina, hube de jubilarme cuando cumplí 70 años de edad; pero continué pastoreando aun en medio de enfermedades que, gracias a Dios, no me impidieron atender la labor pastoral hasta este año de 2022.
Hoy ya con 90 años en mi haber, veo la necesidad de retirarme de la hermosa y bendecida responsabilidad de pastor; no para descansar sino para escribir, si Dios quiere, otros libros para añadirlos a los 9 que ya he escrito. Actualmente estoy bajo tratamiento de cáncer y por ello no puedo decir como Caleb que me encuentro con las mismas fuerzas que cuando tenía 40 años. Sin embargo aún conservo el vigor y la visión, así como las manos puestas en las mancera.
El jueves 30 de Junio pasado entregué la responsabilidad del cargo pastoral que estaba bajo mi cuidado (la Iglesia Camino al Cielo en El Paso Texas) y he comenzado a trazar los primeros pasos hacia otra etapa de mi vida. Entrego la estafeta a los pastores de mi Conferencia y de la iglesia en general, seguro de que he cumplido, en lo posible, con la tarea que me correspondía. Ahora, desde la banca de segunda fila, seguiré siendo testigo de los nuevos tiempos y logros que otros pastores y laicos habrán de aportar a la IMMAR.
Por mi parte, bendigo la memoria de quienes fueron mis autoridades y compañeros en el trayecto de mi vida; y de igual manera, Bendigo a las nuevas generaciones que llevarán la barca de la iglesia en su ruta hacia la victoria final, cuando todos nos abrazaremos en la alabanza ante el Gran Pastor de la ovejas, nuestro Señor Jesucristo, a quien sea dado todo honor ahora y por los siglos.
Con afecto fraternal
Presbítero Rubén Pedro Rivera Garza
Sabia manera de entregar la responsabilidad pastoral, con la merecida satisfacción espiritual del Pastor Rivera. Deja un lugar que tocará a los pastores de la CANCEN llenar, para que la Obra de Cristo siga.
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