<strong>Pastoreando a la juventud de hoy </strong>

Pastoreando a la juventud de hoy 

Desde hace un mes y medio, mi esposa y yo nos encontramos en nuestro nuevo campo pastoral en Monclova, Coahuila. Hoy en día me encuentro con nuevos retos en el ministerio y de cierta manera, esto es algo a lo que los ministros metodistas nos vamos a enfrentar en varias ocasiones en el transcurso de la vida, debido a la itinerancia, a los aspectos propios de cada congregación y a la cultura en la que nos desenvolvemos. 

El primer cargo pastoral en el que Dios me permitió servir fue en la ciudad de Monterrey, Nuevo León, como pastor de jóvenes. Muchos de ustedes se podrán preguntar ¿qué tan relevante es ser pastor de jóvenes? ¿Qué implica pastorear jóvenes? ¿Qué métodos se pueden usar para trabajar con ellos? Quiero compartirles cómo fue mi experiencia al trabajar con jóvenes en tiempos recientes.

En estos días vemos a los jóvenes con nuestros ojos, a través de nuestra perspectiva. Muchos tenemos ideas de cómo deben ser, cómo deben comportarse, cómo deben vestir, cómo tienen que hablar, e incluso cómo deben servir en la iglesia. Queremos ver a los jóvenes como una réplica de nosotros en años de nuestra juventud, de esa forma queremos que ellos sean; hacemos comparación de lo que hacíamos en nuestras reuniones, y queremos que ellos hagan lo mismo que nosotros hacíamos.

Al estar trabajando con ellos puedes entender que las necesidades de los jóvenes de hoy en día son muy distintas a las necesidades de cuando  nosotros pertenecíamos al grupo de jóvenes. Esto es lo que tenemos que entender en primer lugar para poder trabajar con ellos; si no lo vemos y no lo entendemos, será muy difícil hacerlo. 

Una de las cosas en las cuales siempre voy a estar compartiendo a los demás y diciéndoles sobre el trabajo de los jóvenes -que para mi es una de las claves del trabajo juvenil- es el poder crear un vínculo con ellos; y no es de un vínculo con todos al mismo tiempo, sino un vínculo en lo individual. Cada uno de los jóvenes es muy distinto a los demás y por eso es muy importante esto: cada uno tiene necesidades muy específicas, pero únicas. Es donde empieza el trabajo, en el poder conectar con cada uno de los jóvenes, el conocerlos, el entender por lo que están pasando; esto puede ser muy insignificante para nosotros, pero para ellos no.

Un punto muy importante y que se tiene que aclarar, es que estas generaciones son muy susceptibles en todo; y ellos lo que buscan es ser comprendidos y no juzgados, buscan un lugar donde se sientan bien y puedan estar todo el tiempo posible. Muchos de ellos vienen de familias disfuncionales, familias que no se preocupan por ellos, familias fracturadas. Aquí es donde el amor de Dios a través de nosotros debería de manifestarse,  no juzgándolos; tampoco tacharlos como personas sin valor, sino al contrario, escuchándolos, animándolos, guiándolos, enseñándoles cuál es el camino por donde deben ir, haciéndolo con amor y respeto.

Para poder hacer esto como líderes-pastores tenemos que ser sus amigos. Y aquí es donde el trabajo se incrementa, porque es donde tenemos que ser sus amigos; en el punto donde ellos tengan la confianza de poder contarte lo que están viviendo, lo que están pasando, sin temor alguno, al saber que no van a ser juzgados y señalados. Este punto es muy importante, porque tiene una línea muy delgada: se debe tener mucho cuidado en ser su amigo, pero no dejar de ser su pastor o su líder.

Un día un hermano me preguntó que cómo era esto posible; y la respuesta es muy fácil, pero el lograrlo es lo que requiere esfuerzo, tiempo, dedicación. Los jóvenes están inundados de información; por la tecnología de hoy en día, la información para ellos llega en segundos; las redes sociales son muy importantes para su vida. Es aquí donde nos damos cuenta qué es en lo que ellos están interesados, qué están haciendo, qué les está mostrando el mundo, en donde les dicen cómo tienen que ser; y es aquí donde debemos empezar a empaparnos, donde podemos ver cómo se encuentran ellos. El saber esto nos dice de qué tema podemos hablar con ellos para poder romper esa barrera y puedan confiar en nosotros plenamente.

El pastorado o el liderar a los jóvenes no sólo es predicarles el sábado, sino va más allá de eso: es un trabajo día a día, el estar en disposición todo el tiempo, el querer ser sus amigos, el guiarlos. Y algo muy importante que me gustaría compartirles es que no estamos para educarlos: estamos para que Dios sea su centro de la vida, para que ellos estén en una relación muy estrecha con el Señor. Dios nos ha mandado a motivarlos para que ellos sean unos verdaderos hijos de Él, pero hemos interpretado mal las cosas; muchas ocasiones hemos querido cambiar su forma de ser, de comportarse, de hablar, de vestir, de decirles que no es correcto usar un piercing

Pero Dios no nos va a pedir cuentas de a cuántos jóvenes les enseñamos a vestir, a comportarse, o a cambiar su forma de hablar. El trabajo juvenil es el ver por su corazón, por sus ministerios, por su trabajo en la iglesia; no es de preocuparnos por lo demás, por su físico, o su ropa: de eso Dios se va a encargar a su debido tiempo. A cuántos jóvenes se ha perdido en la iglesia por querer hacer estos cambios.

Nunca vamos a tener las respuestas para todo, pero sí las tenemos con Dios. Tenemos que preocuparnos por los jóvenes de hoy en día, ellos son una gran parte de la fuerza de la iglesia en la actualidad. No son menos que nosotros, son tan valiosos como usted y como yo; y para muestra es lo que se vivió en los dos últimos años: ¿quiénes fueron los que estuvieron en la primera línea de trabajo en las iglesias en la pandemia? ellos fueron parte muy importante para que las iglesias siguieran vivas.

El trabajo con jóvenes no es fácil. Muchos tienen este concepto, que está equivocado. Demos gracias a Dios por los jóvenes y apoyémoslos en su totalidad; no son perfectos, pero están en proceso de su perfección cristiana. 

“Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, en conducta, en amor, en espíritu, en fe y en pureza.”.- 1 Timoteo 4:12

Pbro. Jacob Elí Sotelo Dueñas
Licenciatura en Teología 
Pasante en ingeniería en Sistemas Electrónicos