Adviento para los Niños

EL SIGNIFICADO DEL ADVIENTO PARA LOS NIÑOS

Para nosotros los creyentes, el Adviento es un tiempo de preparación y espera. Nos preparamos para recordar el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo y reflexionamos en la esperanza de Su Segunda Venida. Sin embargo, al mismo tiempo, somos bombardeados con mercadotecnia navideña que, si no tenemos cuidado, puede alejarnos del verdadero significado de esta celebración, sobre todo a nuestros niños.

Muchas familias enfocan esta celebración en torno a los regalos, el buen comportamiento, y la llegada de aquel personaje característico de la época. Cada familia tendrá sus razones, no es mi intención juzgar, sino llevarnos a la reflexión.
Nos preparamos para las celebraciones navideñas con anticipación, decoramos nuestros hogares e iglesias; incluso nuestro entorno se llena de luces; para muchos de nosotros es una temporada de amor y alegría. Comenzamos a pensar en la cena de navidad y los regalos que vamos a dar; a algunos niños les motivamos a portarse bien para recibir un obsequio y pedirlo por medio de una carta. Entonces, si nos preparamos para estas celebraciones con tanta emoción y expectativa, ¿por qué no preparar nuestros corazones para recordar el verdadero y real significado de la Navidad?

Pensando en esto, hace dos años me propuse iniciar una tradición familiar de Adviento, donde el principal objetivo es meditar en el Nacimiento y Segunda Venida de Jesús. Mi hijo mayor tenía tres años cuando iniciamos esta tradición y el menor tenía sólo un año y medio; y aunque a su corta edad su tiempo de concentración es mínimo, me hice de recursos para atraer su atención y sembrar en ellos un corto pero entendido mensaje bíblico; en ese momento fueron unos títeres de dedo mis aliados para la enseñanza.

Este año, realicé un libro de devocionales y actividades para esta temporada de Adviento. Cada devocional está enfocado, precisamente, en la reflexión del nacimiento de Jesús, quién es Él, en su Plan de Salvación y la promesa de Su Segunda Venida.
Pensando en la euforia que produce la época navideña en algunos niños (y adultos), decidí compartir este material en mis redes sociales, y mi sorpresa ha sido que se han compartido más de 500 libros. Doy gloria a Dios por esto, pues mi deseo es que la semilla del evangelio se siga sembrando en los corazones de todos los niños.

Es importante que como padres instruyamos a nuestros hijos en la verdad. Pudiéramos pensar que su inocencia e ingenuidad los lleva a disfrutar más esta época de la forma en que el mundo lo hace; pero la realidad es que los niños saben disfrutar de manera sencilla, sin necesidad de mucho alboroto y estímulos externos. ¿Has visto como un niño disfruta jugar con una caja de cartón? Ellos se asombran por naturaleza.

Enseñar a nuestros hijos el verdadero significado de la navidad no sólo depende de una enseñanza teórica, también radica en el ejemplo que estamos dando ¿Cuál es el enfoque que ellos están viendo de nuestra navidad? ¿Cuál es nuestra mayor preocupación en esta temporada? ¿Meditamos durante el Adviento y nos preparamos para esperar al Señor? ¿Hasta dónde nosotros creemos que esto es verdad?

Meditemos en la trascendencia que tiene el hecho de instruir a nuestros hijos en la verdad. No se trata de que vivan y crezcan con buenos valores; no se trata de que intenten portarse bien únicamente en estas fechas: se trata de la vida eterna que ellos podrán tener en Cristo. Que nuestros niños sepan que hay un Regalo que nos fue dado aun cuando no lo merecíamos, un Regalo que nos fue dado a pesar de nuestro mal comportamiento; un Regalo que se hizo hombre y vino a ser Luz en un mundo lleno de oscuridad y maldad. No existe otro Regalo capaz de transformar vidas y corazones de piedra en corazones de carne.

La congruencia de nuestros hechos con lo que enseñamos a nuestros hijos nos ayudará a forjar en ellos una fe firme y no fluctuante, por supuesto con ayuda del Espíritu Santo.

Amado hermano y hermana: le animo a que en esta temporada de Adviento busquemos a Jesús junto con nuestra familia, les llevemos a la reflexión y el conocimiento de quién es Jesucristo nuestro Señor, meditemos en Su obra, Sus promesas y Su próxima Venida, y sembremos con insistencia la Palabra del Evangelio en el corazón de nuestros niños.

Disfrutemos estas festividades sin perder la alegría, la unidad, la paz, el amor que conllevan, pero siempre recordando el gozo y la esperanza de la vida eterna que encontramos en Cristo Jesús, nuestro Señor.

“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz”.- Isaías 9:6.


Alejandra Sarai Hernández García actualmente acompaña el ministerio pastoral de su esposo, el Pbro. Luis Garza Argáiz, en la Iglesia Metodista Ágape en Ciénega de Flores, Nuevo León. Es Licenciada en Arquitectura, egresada de la Universidad Autónoma de Nuevo León, en el año 2012 y Licenciada en Teología egresada del Seminario Metodista Juan Wesley, en Monterrey, Nuevo León, en el año 2018.