Danhia Montes
Porque lo importante es glorificar a Dios en todo,
ya sea al comer, al beber o al hacer cualquier otra cosa.
1ª de Corintios 10:31 (PDT)
Durante aproximadamente 10 años, Dios me permitió gozarme en la liga de mi iglesia. No fueron pocos los eventos a los que asistí: juegos distritales, conferenciales y nacionales (¡he de presumir que asistí a tres de estos últimos!), varios navifest, algunos campamentos de ministerios, y una que otra reunión con alguna liga vecina (Chicavasco, Actopan, El Rosario…). En muchos de los eventos, además, cooperé de primera mano porque éramos la iglesia anfitriona (según el rol en turno, ora me tocaba la limpieza de baños y áreas comunes, ora la coordinación del transporte o, incluso, en una ocasión, dirigir la tesorería).
Como ocurre en algunos casos, esos 10 años de vida liguera concluyeron con mi ingreso al mundo laboral. En este sentido, mi jubilación de la liga (si es que esto es posible) vino de la mano de mucho temor porque no sabía qué esperar del trabajo y por todos retos que éste implicaba (yo acababa de egresar de la licenciatura, carecía de cualquier tipo de experiencia y todavía tenía mucho que aprender… ¡mucho!).
El temor desapareció pronto y es que, en cada reto que se ha presentado, Dios me guía para sortearlo de la mejor manera… ¿Que cómo? ¡Pues recordándome todo lo que aprendí en las ligas! ¿Necesitamos un rol de participación? ¡Sé usar Excel, gracias a que en la liga lo ocupábamos para designar el hospedaje a quienes llegaban a los juegos conferenciales! ¿Necesitamos hacer un programa de actividades? ¡Hay que asegurarnos de que los espacios estén disponibles como lo hacíamos con los talleres del campamento de ministerios! ¿Vamos a preparar una recepción después de algún evento? ¡Hay que cotizar insumos y servicios como lo hicimos en tantos navifest!
Este texto no alcanza para hacer una lista de todo lo que aprendí como liguera, mucho de lo cual ha traspasado las actividades de la iglesia para impactar en mi vida laboral… ¡Y pensar que mi yo de 12, 14 años, no entendía por qué nuestros guías querían que como ligueros nos hiciéramos responsables de la coordinación de un evento que parecía titánico! Además, siempre nos animaron a hacerlo con la mejor actitud porque, ante todo, lo importante es glorificar a Dios en todo, ya sea al comer, al beber o al hacer cualquier otra cosa.
Sin duda alguna, Dios nos guía en cada aspecto de nuestras vidas a través de medios que, a la par de enseñarnos, nos permiten hacer amigos, pasar un buen rato, reír. La liga, por ejemplo.
Acerca de la autora:
Danhia Montes: lectora, escritora e hispanista. Miembro de la iglesia El Divino Salvador en Pachuca, Hidalgo.