Entre muchas construcciones se levanta
una en especial austera;
de muros blancos y negra reja
que circunda la propiedad entera.
Su interior luce sencillo adorno,
no existen pinturas, retablos, ni alguna efigie;
ausentes están la plata y oro
y sólo una cruz ese lugar preside.
Al entrar, en su interior se siente
una gran quietud y paz interna,
que permite el descanso de la mente,
y el alivio para el alma enferma.
En ese recinto se enseña y se predica,
la palabra de Dios bien explicada,
por la persona que a eso se dedica
y que a ese lugar ha sido enviada.
Iglesia Metodista, Templo San Pedro y San Pablo,
es el nombre que en la fachada ostenta
esa construcción de que les hablo,
y es un oasis de paz, en medio de esta ciudad violenta.
46 años hace que se construyera
y desde entonces, faro de luz y guía ha sido
para todo aquel que con afán espera
encontrar la senda que ha perdido.
Esas paredes han atestiguado, mudas,
grandiosas maravillas ocurridas
producto de las preces elevadas,
y que han sido por nuestro Dios oídas.
Muchas personas aquí han recibido
el alivio a quejas y pesares, que han sufrido
algunas, con la sanidad que habían perdido
y otras con la vida eterna, una vez han fenecido.
Para este Templo, ¡¡ larga vida se desea!!,
que siga siendo el faro que siempre ha iluminado,
y así, el mundo entero encuentre y vea
este lugar de paz y amor tan anhelado.
19 de Febrero 2023 Roberto Valencia Martínez.