(1845, Real del Monte, Hidalgo – 10 de abril de 1881, Apizaco, Tlaxcala)
Por Antonio de Jesús Arellano Ordoñez
Para ser el primer mexicano metodista mártir en su mismo país de origen, poco se ha escrito sobre él. Pareciera que los historiadores y los revisionistas han preferido dejar a un lado tan trascendente personaje por su coyuntural caso. Grandes escritores como William Butler, Carlos G. Drees, Emilio Fuentes y Betancourt, James D. Cockroft, Jean Pierre-Bastian, María Eugenia Fuentes y Bazán, Rubén Ruíz Guerra, Gloria López, Ignacio Lozano, Raquel García y Angelina García le han dedicado espacio en sus líneas al protomártir del metodismo mexicano. Drees y Angelina García Ramírez (et. al.)en su investigación señalan que Monroy nació en el año de 1845; y D. Cockroft propone que nació en 1854, ambos coincidiendo en el lugar de nacimiento: Mineral del Monte/Real del Monte, Hidalgo. Haciendo cálculos, según la propuesta de Drees y García, Epigmenio habría fallecido a los 36 años de edad y, según la de D. Cockroft, Monroy falleció a los 27. De acuerdo a los rasgos que se presentan en las famosas litografías, grabados y cliché que se hicieron y circularon de Monroy, aunado a su trayectoria laboral como juez primero conciliador, me parece que es más acertada la fecha de 1845, pues Drees conoció de manera personal a Monroy, así como el hecho de que en ese tiempo llevaba el registro de los ministros de culto por ser el Superintendente de la Misión.
Por lo tanto, Epigmenio Monroy nació en el año de 1845 en Real del Monte, Hidalgo, lugar donde creció y fue convertido al metodismo, considerado como uno de los primeros congregantes en Pachuca. De Monroy, se destaca su constancia en los cultos y su profunda lectura de las Sagradas Escrituras. Epigmenio propagó el evangelio en su natal Real del Monte junto con Guillermo Rule, lo que propició que los cultos dejasen de ser privados para los sobrevivientes mineros ingleses de allá por 1824 y estos fueran públicos, lo que se concretó en 1880 con el Rev. J. M. Barker.
Será complejo acertar con el pastor que influyó en la devoción de Monroy, pues recordemos que en Pachuca ya se reunían ingleses y mexicanos en “La Huerta”, dirigidos por el Sr. Ricardo Rule; posteriormente en 1873 por el Dr. Marcelino Guerrero, cuando de manera simultánea a la llegada de William Butler; y finalmente, recordar la llegada de John Wesley Butler a dicha ciudad en 1874. Sin duda alguna, la disciplina y devoción de Monroy le permitieron ser predicador local, no sólo en Pachuca, también en Real del Monte. Epigmenio fue un hombre letrado que en 1873 laboró como juez conciliador de Real del Monte.
Monroy se integró al cuerpo ministerial en el año de 1880, siendo contemporáneo de Agustín Palacios, Camilo Arrieta y de León Baillet, recibiendo su primer nombramiento de cargo pastoral en Amecameca, lugar donde abrió una escuela y se desempeñó como maestro de la misma. Su estancia en Amecameca fue apenas de unos meses y, para enero de 1881, Monroy asistió a la Conferencia de ministros en la Ciudad de México, donde recibió su nombramiento para Apizaco, lugar al que emprendió el viaje en compañía de su esposa y dos hijos.
El reverendo Monroy fue un hombre intachable, humilde, sincero, franco, pero sumamente entusiasta, según lo describe Charles G. Drees; y del mismo modo, en Apizaco fundó en 1881, junto con Macario Mendoza López, una escuela a la que se inscribieron más de 20 alumnos. Jamás se imaginaron que estaban fundando la futura famosa y prestigiada escuela “Miguel Hidalgo” y que de ella emanarían el gobernador y senador Ignacio Mendoza Rivera, sus hijos del mismo Ignacio y el director del Instituto Politécnico Nacional, don Alejandro Guillot Schiaffini, por mencionar algunos. Siendo así esta escuela, más antigua que Colegio Josefino “del Inmaculado Corazón de María”, que el Colegio “del Sagrado Corazón de Jesús” y la escuela mixta “Lauro Aguirre”, todos fundados en 1906.
Lamentablemente, la progresiva labor de Monroy se vería severamente terminada. La tarde del día viernes 8 de abril, salió el reverendo al pueblo vecino de Santa Ana Huiloac, al sur del municipio de Barrón-Escandón, por el llamado camino antiguo a Huiloac, que hoy es la prolongación Morelos, con motivo de celebrar un culto en la casa, seguramente de los Baz, lo que hizo, se percataran los romanistas de su presencia quienes, junto con el cura, temían la división del pueblo entre católicos y protestantes.
Al terminar la última reunión a las 19:00 horas, Monroy salió de Huiloac acompañado de Diego Baz y otro hermano, cabalgando, Monroy en un caballo y Diego con su acompañante en otro. Alrededor de una milla de distancia, frente a la hoy escuela “Adolfo López Mateos” en una cuchilla hecha parque, ya en el ocaso del día, salieron 14 personas para emboscarles. Para mayores detalles, sugiero revisar la versión de los hechos que redactó Conrado A. Gamboa el 11 de abril de 1881 para Carlos G. Drees. Diego Baz y el otro hermano lograron escapar; pero Monroy, que tenía malestares en los pies, no pudo escapar de las manos de los malhechores. Según el reporte médico, Monroy fue herido con machete, palos y a golpes; pero su pecho había resistido muchos de los golpes que le dieron.
Quizás, mientras Diego Baz lograba escapar de la vista de los agresores y se recuperaba para salir a dar parte de los sucesos en Apizaco, otro evangélico llamado Pío Quinto, que pasaba por el lugar de los hechos, encontró al reverendo ensangrentado, pero con signos vitales y consciente. Los familiares de Quinto dan testimonio de que Monroy le pidió a éste que le pusiese a la sombra de un tejocote (algunos otros señalan que fue un ocote) y así fue cumplida la última voluntad de don Epigmenio [En la foto de abajo, aparece el autor del escrito con el Director del Archivo Histórico Nacional, en el lugar donde se dice que fue asesinado el Reverendo Monroy, n.de la d.]. Después de esto, Pio se apresuró para dar parte a la Iglesia metodista en Apizaco; pero al llevar la camisa ensangrentada, fue detenido por las autoridades, lo que impidió que la noticia llegase a Apizaco para auxiliar a Monroy.
Diego logró dar parte de los hechos a sus amigos a las autoridades al anochecer, siendo así que el juez Luis Delgado actuó inmediatamente, logrando apresar a 8 personas y saliendo personalmente con vecinos y amigos a la búsqueda de Monroy. A su sorpresa, el joven reverendo se encontraba semienterrado con zacate, al parecer para prenderle fuego. A las 20:30 horas el señor Cochegrus envió un telégrafo para Germán Lüders, lo que fue en vano, porque no logró salir. El sábado por la madrugada, el señor Nava salió en búsqueda del Dr. Erazo para que atendiese a Monroy. Lüders recibió el comunicado y al anochecer salió de Puebla con un médico para auxiliar a Epigmenio; lamentablemente, llegaron hora y media después de que Monroy ya había fallecido, el domingo 10 a las 19:00 horas.

Litografía del Rev. Epigmenio Monroy
Juez conciliador de Real del Monte en 1873
Protomártir del metodismo en México

Acerca del autor:
Antonio de Jesus Arellano Ordoñez
Historiador egresado de la Universidad Autónoma de Tlaxcala. Cronista local ycustodio del Acervo de Archivo de la Iglesia “El Buen Pastor” de Apizaco, Tlaxcala.Miembro de número del Capítulo de SEHIMM-CASE desde el 2022.Ha realizado trabajos biográficos de Epigmenio Monrroy para la IMMAR y deIgnacio Mendoza para el H. Ayuntamiento. Su más reciente publicación se titula“Catálogo del Archivo Histórico de la Iglesia Metodista de Apizaco, Tlaxcala”,presentada el 27 de agosto del 2020. Fue investigador afiliado de la Dirección deCultura, Turismo e Identidad Municipal del H. Ayuntamiento de Apizaco 2017-2021. Coordinador y editor de la revista digital “Catálogo biográfico de losministros metodistas de culto en Apizaco, Tlaxcala (1878-1943)”. Cofundador ymiembro de la Sociedad de Estudios Históricos de Apizaco, Tlaxcala, integrada enabril del 2021.