CRÓNICA.
Un testigo ocular del CL aniversario del primer culto metodista en la Ciudad de México

Por Antonio de Jesús Arellano Ordóñez
El pasado viernes 24 de marzo del presente año de júbilo para nuestra amada Iglesia, 2023, fui comisionado en calidad de representante y corresponsal en el Acto Conmemorativo de la Capilla de San Andrés por mi hermano el Mtro. Oswaldo Ramírez González, presidente nacional de la Sociedad de Estudios Históricos del Metodismo en México (SEHIMM), comisión a la que aceptamos con todo gusto para honra y gloria de nuestro Dios.
La capilla -que fue levantada por los jesuitas en 1626- fue expropiada por el gobierno de Porfirio Díaz en 1905 y en su lugar se abrió la calle Xicohténcatl y el Palacio de Comunicaciones, ahora el MUNAL. Un dato interesante fue que en 1867, en dicha capilla, fue exhumado el cuerpo de Maximiliano de Habsburgo.
Fue alrededor de las 6:25 horas del domingo 26 cuando con mi madre, partí de mi tan amada Ciudad Rielera de Apizaco para tomar el viaje rumbo a La Ciudad de los Palacios, la majestuosa Ciudad de México, acompañados del buen amigo Oswaldo Vázquez, oriundo de Tlacualoyan, quien fue el responsable al volante.
El viaje fue ameno y justo a las 8:15 horas llegamos a tan majestuosa plaza del Antiguo Palacio de Comunicaciones y Obras Públicas, ahora el Museo Nacional de Arte (MUNAL); con entusiasmo nos encaminamos al encuentro con nuestros hermanos metodistas en el crucero de las calles Tacuba con Xicoténcatl, de aquel yaotlaca (hombre de guerra) tlaxcalteca que estuvo inconforme con el tratado de paz y amistad con Hernán Cortés: Xicohténcatl Axayacatzin. ¡Oh qué grata sorpresa fue encontrarnos con mi tía Zabdiel Campos! Ella, tan linda y amable, fue a nuestro encuentro. Me emociona mucho verle y saludarle, un orgullo apizateco, destacada mujer tlaxcalteca, la primera de nuestra familia en ser pastora y hoy es la superintendente del Distrito de Anáhuac.
Me causó gracia que un par de oficiales de policía se acercaran a preguntar de qué se trataba la reunión a la que se integraban poco a poco más pastores y hermanos; fue así que comencé a hablarles de la historia de aquel suceso, comenzando por la historia de la Capilla del Mártir San Andrés, que fue edificada 1626 por la Compañía de Jesús; y al poco rato agradecieron la explicación y se marcharon. No duraron ni un minuto y yo tenía como para una conferencia magistral; en fin, ellos se lo perdieron.
Poco antes de las 8:30 horas, nos llamaron a reunirnos a un costado del MUNAL en donde se encuentra la placa que a la letra dice: En esta calle estuvo la Iglesia de Sn. Andrés en donde fue embalsamado el cadáver de Maximiliano de Hapsburgo. 1867. Catálogo de la Insp. Gral. de Monumentos Artísticos e Históricos.
¿Acaso esta Inspección habrá pensado que en el 2023 nos reuniríamos para hacer memoria de esta capilla, que fue sede oficial del primer templo metodista de la República? Para iniciar tan significativo evento, tomó la palabra el hermano Carlos Suárez Ruíz, miembro de la congregación de El Mesías e integrante del coro Miguel C. Meza.

Posteriormente, el hermano Suárez cedió la palabra a nuestro señor Obispo de la Conferencia Anual de México, el Pbro. I. Agustín Altamirano Ramos, quien hizo la oración de invocación de dicha reunión en la Plaza Manuel Tolsá. Terminada la oración, se procedió a hacer lectura de las Sagradas Escrituras, específicamente del Salmo 84 y, versículos como ¡Cuán amables son tus moradas, oh Jehová de los ejércitos! Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová; Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo. Aun el gorrión halla casa, y la golondrina nido para sí, donde ponga sus polluelos, cerca de tus altares, oh Jehová de los ejércitos, Rey mío, y Dios mío. Bienaventurados los que habitan en tu casa; perpetuamente te alabarán. (Salmo 84:1-4) hicieron vibrar nuestros corazones al recordar aquella capilla en la que Dios permitió que se estableciera esta su Iglesia Metodista en la Ciudad de México.
Al unísono se escucharon las voces del pueblo metodista ahí reunido cantando: ¡Ensalce nuestro canto Tu sacrosanta historia! ¡Es nuestro anhelo santo mirar Jesús Tu gloria!, coro del himno A Cristo doy mi canto, número 115 del Himnario Metodista. Con ese ánimo, llegó un momento particular y especial: la lectura de la remembranza bajo el siguiente orden:

PBRA. I. ZABDIEL CAMPOS MUÑOZ: Hermanos congregantes de las Iglesias pioneras del metodismo en México. La placa que está en este lugar nos da el siguiente testimonio: “En esta calle estuvo la Iglesia de San Andrés, en donde fue embalsamado el cadáver de Maximiliano, de Habsburgo. 1867”.
PBRO. I. LEONEL IVÁN JIMÉNEZ JIMÉNEZ: Su cúpula fue derribada el 28 de junio de 1868, como consecuencia de la nacionalización de los bienes eclesiásticos. Y como el primer convento derribado fue de San Francisco, en la calle de Gante, después el de San Andrés, se compuso este verso: Bendita y dichosa vez Que empezó por San Francisco y acabó con San Andrés.
PBRO. I. EDGAR GUTIÉRREZ TORRES: Fue esa capilla la primera propiedad metodista en México, comprada en ocho mil pesos al Gobierno de la capital a través de Don Magas Romero, en el año de 1873. Rápidamente se hicieron las composturas más esenciales para abrir el edificio al culto evangélico.
PBRO. I. FERNANDO LÓPEZ REYES: Mientras tanto, el Obispo Gilbert Haven, de la Iglesia Metodista Episcopal, estaba en tratos para adquirir el claustro del antiguo convento de San Francisco (hoy Gante 5), que finalmente comprarían en marzo del mismo año. Como estos hermanos ya contaban con una pequeña congregación y clase de Escuela Dominical, pero no tenían templo, el Obispo Haven hizo un convenio con el Obispo Keener para que usaran la Capilla de San Andrés.
PBRO. I. GABRIEL SOLANO RAMÍREZ: La Iglesia Metodista Episcopal del Sur, por el favor del Obispo Keener, permitió a la Iglesia Metodista Episcopal iniciar sus cultos en la Capilla de San Andrés el 30 de marzo de 1873, dirigiendo el culto por la mañana el Dr. Ignacio Ramírez y por la tarde el Doctor William Butler, ambos de la Iglesia Metodista Episcopal, con la congregación con que contaban a esa fecha de aproximadamente 70 mexicanos y 20 extranjeros. Para 1875, esta capilla fue remodelada y bautizada como «Templo de El Mesías».
PBRA. I. ELIZABETH ROMERO RÍOS: El periódico El Universal, en su número del 26 de noviembre de 1893, publicó la poesía “La calle de Xicoténcatl”, de Juan de Dios Peza, que narra la presencia de Benito Juárez durante el embalsamamiento de Maximiliano en esta capilla; dice en sus versos finales: Derribada la capilla Se abrió la calle que hoy vemos “de Xicoténcatl” llamada En honor de un héroe egregio.
Para preparar a nuestros corazones, unimos nuestras voces para cantar el himno Del Culto el tiempo llega, número 196 del Himnario Metodista y de letra de Samuel S. Wesley. Versos como ¡Silencio y atención! […] Mil coros celestiales a Dios cantando están, a ellos los mortales sus voces unirán. Alcemos pues el alma con santa devoción, gozando en dulce calma de Dios la comunión. […] Dios se halla a nuestro lado: ¡Silencio y devoción! Cantábamos como decía el apóstol Pablo: …cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento (1ª. Corintios 14:15).
Llegó el momento litúrgico en que el Obispo Agustín Altamirano Ramos impartió una breve pero significativa reflexión. El señor Obispo apertura su reflexión haciendo lectura del Salmo 145 que a la letra dice: Te exaltaré, mi Dios, mi Rey, y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre. Cada día te bendeciré, y alabaré tu nombre eternamente y para siempre. Grande es Jehová, y digno de suprema alabanza; y su grandeza es inescrutable. Generación a generación celebrará tus obras, y anunciará tus poderosos hechos. El Presbítero expresó la razón por la que el pueblo metodista se había reunido en la plaza Manuel Tolsá diciendo: esta mañana, nos reunimos en el marco de la celebración del 150 aniversario del metodismo en México, y nuestro corazón se llena de alegría. El pastor Manuel Vigueras Flores fue citado por el señor Obispo pregonando su frase: ¡Iglesia centenaria!
Altamirano señaló que Dios bendijo la obra de los primeros pastores nacionales. El Dios de nuestros abuelos, de nuestros padres, el Dios nuestro y el Dios en el que estamos confiando es el Dios de nuestros hijos y de los hijos de nuestros hijos, porque nuestra fe está fundada en sus promesas y ésta nos acompaña por el poder de su Espíritu, todos los días, afirmando en nuestros corazones su Palabra. Mencionó a los misioneros Gilbert Haven y William Butler, de quienes dijo que no imaginaron que, en 1930, sus esfuerzos darían lugar a una Iglesia nacional: la Iglesia Metodista de México. Altamirano afirmó que Haven y Butler obedecieron a Dios y su mandato divino:
Hoy, encontramos una puerta que se abre para que la bendición fluya, el vigor aumente y el amor por la obra nos mueva a compartir de la gracia de Dios con quienes no tienen la experiencia de disfrutarla. Que celebrar, sea anunciar, compartir y dar, porque del Señor, de quien son todas la cosas creadas, visibles e invisibles, hemos recibido todo lo que necesitamos para la vida presente y la vida futura, a través de su Hijo Jesucristo, quien es nuestro Señor y Salvador.
Que nuestro trabajo y servicio constante al Señor, que toma forma en nuestro amor al prójimo, sean el instrumento para que muchos rindan su vida a Él. Que como Iglesia Metodista de México no perdamos de vista que la santidad social es el reflejo de la obediencia y la consagración de quienes nos decimos discípulos de Jesús. Que este tiempo de gratitud y celebración sea una inspiración para seguir adelante, para replantear lo que debemos hacer y cómo lo hemos de hacer de aquí en adelante.
Tiempo para depender más de Dios y para estar más cerca los unos de los otros, uniendo esfuerzos, oraciones y recurso, a través de esta Iglesia en la que el Señor nos ha dado tanto, tiene mucho por ofrecernos para seguirle conociendo, sumando y sirviendo, cada día, de aquí en adelante, como lo ha hecho ya por estos primeros 150 años, como lo hará de aquí en adelante hasta que Jesucristo vuelva. Que, al Señor Dios Todopoderoso, que a su Hijo Jesucristo, Salvador nuestro, y al Espíritu Santo que nos sostiene en su inmenso amor, sea toda honra y toda gloria. Así concluyó el señor Obispo Agustín Altamirano.

Se concluyó con el himno número 280 del Himnario Metodista, titulado Unidos, unidos todos cantando en un solo espíritu, en un solo sentir y a una sola voz: Unidos, siempre unidos tomándonos las manos, iremos por el mundo cantando al amor. La gloria de Jesús al fin resplandecerá y al mundo llenará de amor y de paz. Se culminó el culto con la bendición apostólica por el señor Obispo Agustín Altamirano Ramos y se procedió a la fotografía oficial coordinada por algunos hermanos, de entre ellos el hermano Carlos Daniel Suárez García.Finalmente me di a la tarea de realizar una serie de entrevistas a Zabdiel Campos, Fernando López Reyes y Carlos Suárez Ruíz.
Sirvan estas últimas líneas para agradecer a nuestro Dios por permitirme ser partícipe de este tan significativo y trascendente evento de nuestra amada Iglesia Metodista en México; a mi madre Yolanda Ordoñez Meneses, que me inculcó el metodismo y me acompañó en esta ocasión; a mi hermano y colega Oswaldo Ramírez González, por la comisión; al Comité Nacional del CL Aniversario de la Iglesia Metodista en México; a la familia Suárez García, por todas sus atenciones; a mis amados hermanos de la hermana congregación de El Mesías-Balderas, que siempre me reciben con tanto cariño: Gerardo Ríos y Ariel Waller, así como a sus pastores al Pbro. I. Edgar Gutiérrez Torres y al Pbro. I. Gabriel Solano Ramírez; a mi amada tía Zabdiel y a su señor padre, José Florentino Campos Flores, quien junto con su finada esposa, Carlota Muñoz y mi abuela Ester Meneses, fueron pilares de mi fe en Cristo Jesús; y, desde luego, a mi amada Iglesia Metodista de Apizaco El Buen Pastor. Que la paz de Dios sea con todos ustedes, amados hermanos y siga sosteniendo a este órgano de comunicación oficial: El Evangelista Mexicano. Amén y amén.
Acerca del autor:
Antonio de Jesus Arellano Ordoñez
Historiador egresado de la Universidad Autónoma de Tlaxcala. Cronista local y custodio del Acervo de Archivo de la Iglesia “El Buen Pastor” de Apizaco, Tlaxcala. Miembro de número del Capítulo de SEHIMM-CASE desde el 2022. Ha realizado trabajos biográficos de Epigmenio Monrroy para la IMMAR y de Ignacio Mendoza para el H. Ayuntamiento. Su más reciente publicación se titula “Catálogo del Archivo Histórico de la Iglesia Metodista de Apizaco, Tlaxcala”, presentada el 27 de agosto de 2020. Fue investigador afiliado de la Dirección de Cultura, Turismo e Identidad Municipal del H. Ayuntamiento de Apizaco 2017-2021. Coordinador y editor de la revista digital “Catálogo biográfico de los ministros metodistas de culto en Apizaco, Tlaxcala (1878-1943)”. Cofundador y miembro de la Sociedad de Estudios Históricos de Apizaco, Tlaxcala, integrada en abril de 2021.
gracias por la crónica hermosa. Un saludo a Antonio. Hay que compilar los trabajos elaborados para el Sesquicentenario de la IMMAR.
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