Oswaldo Ramirez González
El antecedente a esta celebración proviene de la cercanía y asimilación con nuestro vecino del norte. En 1910 Estados Unidos inició una campaña para instaurar el día de las madres, el cual se hizo oficial en 1914. Sin embargo, se dice que esta tiene un origen un poco más remoto; data del año 1907, cuando Anna Jarvis hizo un reconocimiento público a su madre, Ann Reeves Jarvis, mujer destacada que luchó por promover la salud y seguridad social durante y después de la guerra civil (Guerra de Secesión).
En el caso de México, los antecedentes nos remiten hacia 1911, cuando se registró la primera celebración; otros autores ubican que fue en 1913. No obstante, quizás sea en 1916 cuando comienza a tomar forma. Precisamente en aquel año fue que el gobierno estatal de Yucatán respaldó las propuestas principales del Primer Congreso Feminista, celebrado el 13 de enero de ese año en el Teatro Peón Contreras de Mérida. Dicho manifiesto buscaba entre otras cosas el reconocimiento de los derechos sexuales de las mujeres, así como lograr una maternidad, libre, consciente y segura.
Seis años después las demandas hicieron eco no sólo en la península de Yucatán sino en gran parte de nuestro país, por lo que un sector conservador de la sociedad comenzó a desacreditarlo por medio de periódicos y actores políticos. La prensa conservadora y opinión pública que se oponía a ellas señalaba que este grupo de mujeres carecían de moralidad al demandar tales derechos. El hostigamiento llegó a su punto más alto en 1922 cuando José Vasconcelos, secretario de Educación por aquel entonces, se manifestó al respecto. Su opinión fue contundente a la vez que contradictoria, lo que sentó los precedentes para que décadas después se considerara como un tema de discusión de derechos civiles en México. Al respecto, Vasconcelos defendió el papel de la maternidad católica y conservadora pero contradictoriamente, también reconoció a la mujer como un ser destinado a ser madre.
No fue sino hasta el sexenio presidencial de Miguel Alemán Valdés (1946-1950), cuando se otorgó el reconocimiento a la mujer, en particular a las madres. Ello quedó de manifiesto cuando el mandatario del ejecutivo develó el primer monumento a la madre el 10 de mayo de 1949. Con esto México no sólo se logró hacer eco de la importancia de la maternidad como un derecho universal, sino que se puso a la vanguardia al ser el primer país de América Latina en otorgar y establecer una fecha concreta.
Según la tradición popular se dice que se escogió el 10 de mayo debido a que este mes, según el canon católico, está consagrado a la virgen. Otra versión señala que, con anterioridad, el día de pago era el diez de cada mes y no el quince, hecho que motivó que aprovechando que los trabajadores ese día recibían su salario bien podían comprar y celebrar a sus progenitoras sin preocuparse por no contar con dinero para regalos y comida.
Una última versión con relación a la fecha y a este festejo ubica que fue gracias a la celebración implementada por un presbítero metodista, quien, evocando la fecha de celebración en Estados Unidos (segundo domingo del mes de mayo), llevó a cabo la primera festividad para las mamás de su congregación en Oaxaca en 1913.
En este orden de ideas vale la pena recordar en el ánimo cívico y espiritual el eco que tuvo la oficialización del día de las madres dentro del metodismo. Concretamente en la celebración ejercida en sus instituciones educativas, misma que reforzó los valores espirituales y fomentaría el respeto y devoción, que incluso desde antes del establecimiento de esta fecha se ha tenido al papel de la madre, como la formadora, consejera, guía y dadora de vida.
Por lo anterior, sirva este medio para que la Sociedad de Estudios Históricos del Metodismo en México (SEHIMM) rinda un homenaje a todas las madres metodistas evocando la nostalgia y manifestando nuestra gratitud por tanto. Ello a través de la trascripción de la crónica del festival de las madres de la comunidad escolar de la Escuela “Julián Villagrán”, de Pachuca Hgo., de un 10 de mayo de 1958. Este hecho es descrito en Tzzin Tzzi. Escuela Particular “Julián Villagrán”, Anuario XXX Año de 1958, 39pp., revista escolar de dicha institución, que circuló con regularidad de manera anual en su comunidad estudiantil desde principios de siglo XX hasta finales de la década de 1980. La reseña para dicha celebración se encuentra escrita con los detalles ortográficos originales, así como con el nombre del autor. Las imágenes agregadas al final se encuentran también contenidas en el mismo anuario (8-9pp).
FESTIVAL DEL DIA DE LAS MADRES
(Crónica).
Noche tranquila, apacible y ligeramente tibia, era la del día 10 de Mayo. El Salón Social del Templo Metodista, estaba totalmente lleno. El balcón central situado al fondo se veía ocupado por las autoridades escolares, el Sr. Director Profr. Dn Antonio Carro Z., presidía. Con él estaban las Directivas de la Soc. de Padres de Familia y de la Soc. de Exalumnos, representados por sus presidentes: la Sra. Dña. Maricela E. de Barranco y Sr. Emiliano Luna Gallo, respectivamente.
El escenario lucía hermosa decoración con flores que nos revelaban la estancia de una eterna primavera. Al frente se acomodaban apretados, pero ordenadamente, los alumnos cual ramillete de flores dejaban expresar la fragancia de su amor a las nobles madrecitas que ahí se reunían.
El programa dio principio: Briseida García y Mario A. Viornery, hicieron acto de gala y gracia incomparables en su Diálogo. “Un Sueño”, fue el número que siguió. Continuó un grupo de párvulos que bailaron “El Alhajero, lucían hermosos trajes produciendo así una fantasía inolvidable. “Pastel de Aniversario”, fue el bailable que presentó el grupo de niños del 1er. Año “A”. Gracia y disciplina fue su mejor obsequio. Un Coro de Alumnos del 2do. y 3er. Ciclos cantó “MADRE, PALABRA SUBLIME”, cantaron en forma sencilla, emotiva y armoniosa . .– Los niños del 1er. Año “B” bailaron: “Fantasía Oriental”. La belleza de sus trajes, el ritmo de la música y su gracia infantil, nos deleitaron en gran manera.- Continuó otro bailable: “Florecitas”. Niñas del 2do. Año lo hicieron con gracia sutil y siempre amena con que lo hacen los niños.- El alumno Emilio Hernández presentó su ensayo.: “Ofrecimiento”. Pieza literaria que muestra el adelanto cultural y de las letras, que en esta Escuela se adquiere.- “Ramillete Literario”: Tuvimos el agrado de oír la presentación de los trabajos premiados en el Concurso Literario 1958. En composición Fernando Robles. En pensamientos: David López, Lily Carro Meneses, Refugio Núñez y Josefina Hernández. Como declamadores: Briseida García, Antonio Silva y Mario A. Viornery. Cada uno de ellos recibió un significativo premio.- El Mensaje a las Madres estuvo en labios del culto orador y exalumno de la Escuela: Profr. Nelson Velasco G., quien de su pieza oratoria podemos decir que fué un elogio y remanso espiritual para las madres presentes y ausentes.
El pianista Horacio Ramírez, también exalumno, ejecutó al piano la Tocata de Aram Cachaturian, interpretada en forma magistral e inspirada.
El Cuadro Plástico nos mostró experiencia y buen gusto artístico de los maestros Guadalupe T. Ramírez y Benito García. Las diferentes escenificaciones de los variados cuadros y las actitudes de la madre, entretejidos de heroicidad, abnegación y amor maternal, no podían estar mejor representados. La escenografía con sus matices de luces y al fondo la bien modulada voz del declamador, pusieron el sello de oro de este agradable e inolvidable festival.
Josué Alvarez R.



Finalmente, más allá de la nostalgia por el trabajo en las escuelas metodistas, la crónica a reserva de mostrar detalles va desde lo más poético a lo más escueto, nos hablan de la devoción y el liderazgo de las autoridades para elaborar este tipo de festivales. Por supuesto se observa también el amor, gracia e inocencia con la que los alumnos, los hijos de las amadas madres ejecutaban sus respectivas participaciones. A sesenta y cinco años de distancia del texto aquí citado, las celebraciones alusivas a esta fecha quizás no han cambiado en su esencia principal; hoy en un contexto diferente, con materiales y recursos tecnológicos más avanzados podemos ver programas alusivos más elaborados. No obstante, de lo que estamos todos de acuerdo es que, pese a que se trata sólo de un día, el reconocimiento a la mujer como madre y dadora de vida debe y es palpable el resto del año. El papel de nuestras madres es elemental en la formación moral y espiritual de nuestras familias.
Fuentes de Consulta.
Hemerográficas:
ALVAREZ R., Josué. “Festival del Día de las Madres”, en Tzzin Tzzi. Anuario XXX. Escuela Particular “Julián Villagrán”. Año, 1958. Pachuca, Hgo., 39pp.
Electrónicas:
https://www.gob.mx/profedet/articulos/10-de-mayo-dia-de-las-madres-106462?idiom=es (actualización del 24 de abril de 2023).
https://www.fundacionunam.org.mx/unam-al-dia/el-origen-del-dia-de-las-madres-en-mexico/#:~:text=10%20de%20mayo&text=En%20M%C3%A9xico%2C%20su%20origen%20comenz%C3%B3,en%20el%20primer%20Congreso%20Feminista. (Actualización del 24 de abril de 2023).