Hoy y siempre quiero subir a la Cumbre con Dios.
Tener mi monte santo, donde pueda contemplar a mi Señor
Y Dios, y pueda adorarlo.
Llegaré ante ti, Dios mío, y te contemplaré. Miraré tu grandeza, y mi pequeñez.
Estaré ante tu presencia callada, y luego exclamaré un grito de júbilo.
Levantaré mis Manos, y te adoraré. Hoy comenzaré a subir la montaña contigo, Señor.
Puede que en el camino tropiece, y caiga; pero tú me darás tu mano, y me levantarás.
Dame de tu gracia, para poder llegar a la cumbre. Hoy te digo, Señor: toma mi vida, es tuya
Y moldéame, Padre, aunque
Duela el golpe del martillo, y del cincel.
Moldéame, Señor, para llegar contigo, contemplarte, y adorarte.
Rocio Soto Hernández