Por PAULINA VILLEGAS
24 de abril de 2017
CIUDAD DE MÉXICO – El machismo ha estado presente en la sociedad mexicana desde hace mucho tiempo. Presente en las telenovelas, películas, ámbitos laborales, familias y relaciones; ha sido tolerado e, incluso, celebrado.
Pero el contexto está cambiando.
El aumento en las tasas de violencia de género en los últimos años y un movimiento por los derechos de la mujer cada vez más público han forzado a los mexicanos a lidiar con el machismo en la sociedad y con el daño que provoca esa misoginia.
Tales esfuerzos cobraron un mayor ímpetu en el Día Internacional de la Mujer, cuando hubo marchas multitudinarias en varias ciudades y el presidente Enrique Peña Nieto pidió “dar una lucha central contra cualquier forma de machismo”.
Ese reconocimiento público fue visto por activistas de los derechos de la mujer como un buen comienzo, pero hay escepticismo sobre si podría haber cambios en la sociedad. El argumento es que solo puede suceder si se confrontan las ideas machistas desde la raíz.

“¿En qué me equivoqué?” Esta pregunta atormentaba la mente de Michael, que vive en Sudáfrica. Se había esforzado por ser un buen padre; pero cada vez que pensaba en su hijo rebelde de 19 años se preguntaba si hubiera podido hacerlo mejor.


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