Diana Rocco Tedesco (1939-2020)
Este artículo fue publicado originalmente el 5 de octubre de 2011.
En junio de 1525 Caterina von Bora[1], una joven de 26 años, se casaba con un pretendiente que le llevaba 16 años, Lutero, un ex monje, como ella misma era ex monja. Lutero que había pensado dedicarse a la continencia a pesar de haber dejado el convento, decidió sin embargo, a los 42 años, hacer un gesto político y práctico, que demostrara que la Reforma no quería diferencia entre seglares y sacerdotes.
El sacerdocio universal de todos los creyentes debía demostrarse eliminando también las diferencias de dedicación de vida. Los sacerdotes se casaban, los monjes y las monjas, abandonaban sus monasterios de clausura y dedicaban su vida al servicio a la comunidad, pero “fuera” de los muros que los rodeaban, ya fueran sociales o de concreto.
La historia de la joven es parcialmente común: es dedicada todavía niña (10 años) a un monasterio por el padre, viudo que decide volver a casarse. Este era un hecho común, ya que todavía los padres eran los dueños de sus hijas, como siempre lo habían sido. Y así las mujeres seguían siendo propiedad de su padre, de su marido o de un convento, y no eran libres para elegir qué hacer con su vida…los varones decidían por ellas: adolescentes eternas, como la etiquetaban en otras épocas.
En realidad sí lo eran en general en la realidad, porque los varones enviudaban a menudo por muerte de sus mujeres-niñas en los partos prematuros, y se volvían a casar una y otra vez con verdaderas adolescentes, aumentando la distancia de edad entre los cónyuges.
Sin embargo, aunque la situación era esa, Lutero había decidido no casarse. Era necesario un gesto de aprobación del líder a lo que estaba pasando: los obispos, los monjes, los sacerdotes se casaban…¿por qué Lutero no?
Seguir leyendo «La Mujer Elegida: Caterina von Bora» →