Categoría: Estudios Bíblicos

El Rico y Lázaro

“El rico y Lázaro”, una parábola revisitada

Rubén Bernal

Nuestra forma de leer la Biblia viene condicionada por nuestra cultura y nuestro estilo de vida, lo que impide que nos demos cuenta de muchas cuestiones que tratan del reinado de Dios y la atención a los pobres. Soares Prabhu ha llegado a decir que: “La exégesis occidental, que forma parte de la inmensa producción ideológica de una sociedad opulenta e intensamente consumista basada en principios diametralmente opuestos a los de Jesús, […] Ha intentado sistemáticamente espiritualizar la comprensión evangélica de pobre…”.[1] Para ilustrar esta idea, quisiera rescatar una brevísima reflexión que me publicaron en la web de Los sermones de Gotinga y que trata sobre la parábola del rico y Lázaro.[2]

La parábola del rico y Lázaro no está diseñada para defender la existencia del infierno como un lugar físico. Quienes centran aquí su atención en hacer una apología del infierno, solo desfigurarán el contenido del mensaje. En teología se utiliza un dicho que nos llama precisamente a esta cautela: theologia parabolica non est argumentativa. Aquí simplemente tenemos a Jesús utilizando una retórica y un imaginario bien conocido en el judaísmo tardío que le tocó vivir y, desde ahí, va a configurar una narración que apunta al verdadero corazón de su enseñanza.[3] Como recurso pedagógico, las parábolas de Jesús siempre toman elementos conocidos y propios de su entorno, en este caso el recurso que hace distinción entre “el seno de Abraham” y el “Abismo-Hades”.

¿Entonces qué nos quiere enseñar Jesús con esta parábola? Primero nos presenta el desequilibrio que impera en el mundo, donde hay personas muy ricas y otras que son muy pobres. El evangelio de Lucas hace muchísimo hincapié en el asunto de la pobreza y la riqueza.[4] El reino de Dios, de justicia, paz y gozo (Ro 14,17) no aprueba la injusticia del desequilibrio. El rico de la parábola que vivía con ostentación (v.19) tenía la realidad misma de la pobreza muy cerca, justamente en la puerta de su casa (v.20).

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Propiciación vs Expiación

La propiciación vs. la expiación

Dr. Ernesto Contreras Pulido

El apóstol Juan escribió: “En esto consiste el amor: No en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados”. Esto es importante porque la Biblia dice que la sangre de los toros y de los machos cabríos (sacrificados de acuerdo con la ley de Moisés) no puede quitar los pecados, pues eran sacrificios expiatorios. Expiar quiere decir cubrir los pecados para que Dios no los vea; pero el superior sacrificio propiciatorio de Jesucristo, es el sacrificio aceptable, suficiente y sustitutivo ante Dios, que paga por los pecados (de antes, durante y después de Cristo), los remueve del pecador, los echa en el fondo del mar y permite así que, saldada la cuenta, Dios se olvide de ellos para siempre, se reconcilie con el pecador y le de vida eterna (Heb. 10:4, Jn. 1:29).

Dice la Biblia: “¿Qué Dios como Tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia. Él volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados” (Mi. 7:18-19).

Por eso, cuando Juan vio a Jesucristo dijo: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”; pues la Biblia dice que Dios cargó en Él (en su cuerpo), el pecado de todos nosotros, “de tal manera que al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuéramos hechos justicia de Dios en Él”. Así, la Biblia, clara y repetidamente, dice que Jesucristo es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo (Is 53:6; 2ª Co 5:21; 1ª Jn 2:2).

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Masculino Plural

Masculino plural

El hecho de que las mujeres no fueran apóstoles no quiere decir que no estuvieran presentes y no se las llamara.

Noa Alarcón Melchor

“Subió Jesús a una montaña y llamó a los que quiso, los cuales se reunieron con él”.

Marcos 3:13

Durante toda mi vida he leído este pasaje como una parte importante del evangelio, como parte formativa de la obra de Jesús, de los primeros pasos de la iglesia, de la historia de fe de la que yo ahora soy heredera. Me he acercado a este pasaje y a sus hermanos con el ánimo de meditar en el llamado, con el espíritu curioso y alegre, para aprender sobre cómo ser fiel en las circunstancias adversas que después estos apóstoles vivieron, y en la valentía de seguir a Jesús. Él designó a doce para que continuaran su obra, y yo siempre lo he visto como algo que estaba también escrito para mí. De esos doce surgió la Biblia que yo ahora leo, el testimonio fiel de quién es Jesús y de por qué es mi Señor.

Pero sucede una cosa: de un tiempo a esta parte, hay un grupo de personas que insisten en que debo hacer una interpretación desde una perspectiva exclusiva de género. Y no solo de este pasaje, sino de muchos otros. Están haciendo una auténtica campaña de difusión (por medios digitales, analógicos, escritos y audiovisuales) de una perspectiva de género exclusivista que insiste en que el hecho de que Jesús eligiera a doce hombres varones para ser sus discípulos es una realidad ontológica que excluye doctrinalmente a las mujeres de ser partícipes plenas del evangelio. Según ellos, el hecho de que Jesús eligiera a hombres y no a mujeres se debe a que los hombres están en una escala superior en la creación, han sido impuestos como gobernantes y principales, y no someterse a esa jerarquía divina es pecado mortal: mortal de verdad, de los que te excluyen de la salvación. Asegurarán que no, pero ya hablamos de esto la semana pasada. Lo peor es que cuando venimos muchos (no solo mujeres) a argumentar que su interpretación está sesgada y es errónea, nos quieren convencer de que somos nosotros los “esclavos de la ideología de género”, que nos hemos vendido al sistema, etcétera. Cuando son ellos los esclavos de su propia ideología de género, un sistema artificial, inventado de pies a cabeza, en que los hombres tienen un lugar preminente en el plan de salvación y están por encima de todo, sobre todo y específicamente, por encima de las mujeres.

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Comentario a los Salmos Penitenciales, Salmo 130

16. Comentario a los Salmos PenitencialesComentario a los Salmos Penitenciales

1520

Prefacio de Martín Lutero

Entre mis primeros escritos publiqué a su tiempo también los siete salmos penitenciales con una exégesis. Aunque todavía no hallo en ellos nada malo, no obstante, no acerté a menudo el sentido del texto. Lo mismo les suele suceder a todos los maestros en su primer ensayo, también a los antiguos Padres santos, que según Agustín confiesa respecto a su persona, se han perfeccionado diariamente al escribir y enseñar. Así el librito en aquel entonces era suficientemente bueno y aceptable, puesto que no teníamos nada mejor a mano. Empero, ya que el evangelio ahora ha llegado al cénit, brilla espléndidamente, y yo también he progresado desde entonces, tuve por conveniente publicar la obra de nuevo, mejorada y más exactamente basada sobre el texto correcto. Encomiendo con esto a todos los lectores a la gracia de Dios. Amén 

SEXTO SALMO PENITENCIAL

SALMO 130

  1. De lo profundo, oh Señor, a ti clamo.
  2. Señor, oye mi voz; estén atentos tus oídos a la voz de mi súplica.
  3. Si mirares a los pecados, ¿quién, oh Señor, podrá mantenerse?
  4. Pero en ti hay perdón, para que seas reverenciado.
  5. Espero yo al Señor, espera mi alma; en su palabra espero.
  6. Mi alma espera al Señor, de una vigilia matutina a la otra.
  7. Espere Israel al Señor; porque en el Señor hay misericordia y abundante redención con él.
  8. Y él redimirá a Israel de todos sus pecados.

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Comentario Salmos Penitenciales, Salmo 51

16. Comentario a los Salmos Penitenciales, Salmo 51COMENTARIO A LOS SALMOS PENITENCIALES, SALMOS 51

Martín Lutero

1520

Prefacio de Martín Lutero.

Entre mis primeros escritos publiqué a su tiempo también los siete salmos penitenciales con una exégesis. Aunque todavía no hallo en ellos nada malo, no obstante, no acerté a menudo el sentido del texto. Lo mismo les suele suceder a todos los maestros en su primer ensayo, también a los antiguos Padres santos, que según Agustín confiesa respecto a su persona, se han perfeccionado diariamente al escribir y enseñar. Así el librito en aquel entonces era suficientemente bueno y aceptable, puesto que no teníamos nada mejor a mano. Empero, ya que el evangelio ahora ha llegado al cénit, brilla espléndidamente, y yo también he progresado desde entonces, tuve por conveniente publicar la obra de nuevo, mejorada y más exactamente basada sobre el texto correcto. Encomiendo con esto a todos los lectores a la gracia de Dios. Amén. 

CUARTO SALMO PENITENCIAL

SALMO 51

  1. Ten piedad de mí oh Dios, conforme a tu bondad conforme a tu gran misericordia borra mi rebelión.
  2. Lávame a fondo de mi maldad, y límpiame de mi pecado.
  3. Porque yo reconozco mi trasgresión, y mi pecado está siempre delante de mí.
  4. Contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de ti.
  5. Por eso serás reconocido justo en tus palabras y hallado puro cuando se te juzgue.
  6. He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre.
  7. He aquí, tú amas la verdad, y me haces comprender la sabiduría en lo secreto.
  8. Purifícame con hisopo, para que sea limpio; lávame, para que sea blanco como la nieve.
  9. Hazme oír gozo y alegría, para que se recreen los huesos que has abatido.
  10. Esconde tu rostro de mis pecados, y borra todas mis maldades.
  11. Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu obediente dentro de mi
  12. No me eches de delante de ti, y no quites de mí tu santo Espíritu.
  13. Vuélveme el consuelo de tu salvación, y el espíritu noble me sustente.
  14. Enseñaré a los transgresores tus caminos, para que los pecadores se conviertan a ti.
  15. Líbrame de homicidios, oh Dios, Dios de mi salvación, para que mi lengua gloríe tu justicia. 16. Señor, abre mis labios para que mi boca publique tu alabanza.
  16. Porque no quieres sacrificio, si no yo lo daría; no té agradan los holocaustos.
  17. Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.
  18. Haz bien con tu benevolencia a Sion: los muros de Jerusalén.
  19. Entonces te agradarán los sacrificios de justicia, el holocausto y ofrenda del todo quemada. Entonces ofrecerán becerros sobre tu altar.

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Hacia una Cristología de la Solidaridad

7. Semana Santa, Estudio BíblicoSemana Santa, Estudio Bíblico

Hacia una Cristología de la Solidaridad

Por Juan Stam

Introducción

En la teología sistemática, mayormente bajo el capítulo de Soteriología (doctrina de la salvación), se suele incluir el tema de «nuestra identificación con Cristo» y también, de unos con otros en el cuerpo de Cristo. Escritores devocionales lo describen como nuestra «unión mística» con Dios en Cristo. En estas charlas, queremos interpretar esa «idenificación» y «unión» con el término más contemporáneo de «solidaridad».  Lo estudiaremos en torno a tres de los momentos principales de la Cristología: la encarnación, crucifixión y resurrección del Hijo de Dios.

Por un lado, vamos a afirmar que la persona y la obra salvífica de Jesucristo tienen importantes implicaciones para nuestra vida y compromiso hoy.  Cuando los grandes momentos cristológicos se entienden como solidaridad, se convierten en exigencias de solidaridad para nosotros hoy en América Latina.

Por otro lado, trataremos de demostrar que esos tres momentos se entienden mejor desde la perspectiva de la solidaridad.  De hecho, la cruz no se entiende, o se entiende mal, sin este enfoque decisivo.  La encarnación y la resurrección también (como igualmente el Pentecostés) encuentran su sentido más profundo cuando se interpretan como actos de solidaridad.

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Comentario a los Salmos Penitenciales, Salmo 32

15 Comentario a los Salmos Penitenciales, Salmo 32Comentario a los Salmos Penitenciales, Salmo 32

Dr. Martín Lutero

1520 

Prefacio de Martín Lutero

Entre mis primeros escritos publiqué a su tiempo también los siete salmos penitenciales con una exégesis. Aunque todavía no hallo en ellos nada malo, no obstante, no acerté a menudo el sentido del texto. Lo mismo les suele suceder a todos los maestros en su primer ensayo, también a los antiguos Padres santos, que según Agustín confiesa respecto a su persona, se han perfeccionado diariamente al escribir y enseñar. Así el librito en aquel entonces era suficientemente bueno y aceptable, puesto que no teníamos nada mejor a mano. Empero, ya que el evangelio ahora ha llegado al cénit, brilla espléndidamente, y yo también he progresado desde entonces, tuve por conveniente publicar la obra de nuevo, mejorada y más exactamente basada sobre el texto correcto. Encomiendo con esto a todos los lectores a la gracia de Dios. Amén. 

SEGUNDO SALMO PENITENCIAL

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Los Salmos Penitenciales, Salmo 6

13. Los Salmos Penitenciales, Salmo 6Los Salmos Penitenciales, Salmo 6

1520

Dr. Martín Lutero

 Entre mis primeros escritos publiqué a su tiempo también los siete salmos penitenciales con una exégesis. Aunque todavía no hallo en ellos nada malo, no obstante, no acerté a menudo el sentido del texto. Lo mismo les suele suceder a todos los maestros en su primer ensayo, también a los antiguos Padres santos, que según Agustín confiesa respecto a su persona, se han perfeccionado diariamente al escribir y enseñar. Así el librito en aquel entonces era suficientemente bueno y aceptable, puesto que no teníamos nada mejor a mano. Empero, ya que el evangelio ahora ha llegado al cénit, brilla espléndidamente, y yo también he progresado desde entonces, tuve por conveniente publicar la obra de nuevo, mejorada y más exactamente basada sobre el texto correcto. Encomiendo con esto a todos los lectores a la gracia de Dios. Amén.

PRIMER SALMO PENITENCIAL

SALMO 6

  1. Oh Señor, no me reprendas en tu enojo, ni me castigues en tu ira.
  2. Oh Señor, ten misericordia de mí, porque estoy enfermo; sáname, oh Señor, porque todos mis huesos están .estremecidos.
  3. Mi alma también está muy turbada; y tú, oh Señor, ¿hasta cuándo?
  4. Vuélvete, oh Señor, libra mi alma; sálvame por tu misericordia.
  5. Porque en la muerte no hay memoria de ti en el infierno, ¿quién te alabará?
  6. Estoy angustiado a fuerza de gemir; bañaré todas las noches mi lecho y regaré mi cama con mis lágrimas.
  7. Mi figura está gastada por la ira; y ha envejecido porque soy angustiado por todas partes,
  8. Apartaos de mí, todos los hacedores de iniquidad; porque el Señor ha oído la voz de mi lloro.
  9. El Señor ha oído mi ruego; ha aceptado el Señor mi oración.
  10. Que se avergüencen y se turben mucho todos mis enemigos; que sean vueltos atrás y avergonzados de repente.

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Marcos, Libro de Estudio para el 2018

MARCOS: UNA PALABRA DE GRACIA AL MUNDO.

LECCIONES PARA EL ESTUDIO DEL EVANGELIO DE MARCOS 2018

Se adjunta archivo:

Marcos, primer libro de estudio para 2018

Marcos, Libro de Estudio para el 2018

MARCOS: UNA PALABRA DE GRACIA AL MUNDO.

LECCIONES PARA EL ESTUDIO DEL EVANGELIO DE MARCOS 2018

Se adjunta archivo:

Marcos, primer libro de estudio para 2018

Marcos: Primer Libro de Estudio para 2018

Se anexa manual de estudio del libro de Marcos:

Marcos, primer libro de estudio para 2018

Identificando a los Anticristos

identificando anticristosIdentificando a los Anticristos

drernestocontreras@hotmail.com

Juan el apóstol y evangelista, bajo inspiración del Espíritu Santo, escribió: Hijitos, ya es el último tiempo; y según ustedes oyeron que viene el anticristo, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo. Salieron de nosotros, pero no son de nosotros; porque si hubieran sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se hiciera manifiesto que no todos son de nosotros. Pero ustedes tienen la unción del Santo, y (por el discernimiento que el Santo Espíritu da), conocen todas las cosas (que son verdaderas).

No les he escrito como si ignoraran la verdad (bíblica), sino porque la conocen, y porque ninguna mentira procede de la verdad. ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo (el Mesías, el Ungido)? Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo (Emmanuel, el único Dios verdadero). Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo (como su Gran Dios y Salvador), tiene también al Padre. Lo que han oído desde el principio (el evangelio bíblico), permanezca en ustedes. Si lo que han oído desde el principio permanece en ustedes, también ustedes permanecerán en el Hijo y en el Padre. Y esta es la promesa que Él nos hizo, la vida eterna (por los méritos de Jesucristo, Dios Hijo) 

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Grupos Celulares

grupos-celularesEn el período de sesiones de la CAO, de junio de 2016, en la Ciudad de Nuevo Laredo, se tomó la decisión de que todo un distrito de la Conferencia se convierta de manera experimental en un Distrito Celular. Además, el Pbro. Raúl García de Ochoa fue nombrado para dedicarse de tiempo completo a la tarea de celebrar talleres en las iglesias de la misma CAO, impartiendo orientación sobre la organización de grupos o células de discipulado. El plan es ir moviendo a toda la Conferencia hacia la implementación estratégica de grupos celulares como instrumento de crecimiento integral.

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