Categoría: Artículos de Reflexión

Dios No es un Mago

Dios no es un mago

Silvano Mares Rangel

Lecturas: 1 de Samuel 2:25, Salmos 41:4, Juan 5:14, Juan 9:2, Romanos 3:23.

“Entonces el Señor dijo: Si tuviereis fe como un grano de mostaza diríais a este sicómoro desarráigate, y plántate en el mar y os obedecería”.

Lucas 17:6

Acudo al credo, y empieza diciendo: “Creo en Dios Todopoderoso…”, así lo utilizamos cada vez que afirmamos nuestra fe, así lo creemos los cristianos con base en la revelación divina. Dios no es un mago que usa su varita mágica.

Hoy, estimado lector, nos adentraremos en un tema complejo y preocupante. El concepto equivocado que tenemos de Dios, y eso es grave. No falta quienes dicen que ya es el fin del mundo. Que es castigo de Dios, la pandemia del Coronavirus; Que ya viene Nuestro Señor Jesucristo. Que el Coronavirus es una es uno de los jinetes del apocalipsis. otros se cuestionan si es la voluntad de Dios. Nuevamente nos auxiliamos del Diccionario Enciclopédico de la Biblia y Teología, y el Diccionario de Teología (Harrison).

A expresa solicitud, ahora tratare de ver con profundidad Bíblico-Teológica, este tema que es preocupación de algunos sectores de nuestra sociedad, que piensan que por arte de magia, y por obra y gracia de Dios el Covid 19, puede desaparecer de la faz de la tierra. Nos remitimos al libro de los Principios descrito brevemente en el Génesis, descubrimos una gran verdad, la maravillosa obra de la creación, supera nuestra capacidad de comprensión y nos lleva sin mucho esfuerzo a atribuirle a una inteligencia superior, porque alguien mucho más grande que ella misma y que seguramente mostró su gran magnificencia en la creación.

Seguir leyendo «Dios No es un Mago»

El Amor en Tiempos de Incertidumbre

El amor en tiempos de incertidumbre

Obispo Rodolfo Rivera De la Rosa

Ciudad de Chihuahua, a 9 de abril de 2020.

Al Gabinete Conferencial, superintendentes, pastores y miembros de la Iglesia Metodista de México A.R. en la Conferencia Anual Norcentral:

Amar en estos tiempos de pandemia y entre cuatro paredes es también amarse a uno mismo, ya que a veces nos perdemos de vista, es parar y mirarnos por dentro, además de por fuera. Es permitirnos pasar tiempo con Dios y con la familia; es permitirnos tener preguntas, pero también de reír y abrazar la esperanza. Es dedicar tiempo a la reflexión, al perdón, a la alegría.

Es recuperar esa pasión dejada de lado, tomar y adentrarnos en aquel libro que nunca tuvimos tiempos de leer. Es escuchar a Dios a través de la lectura de Su Palabra, que sigue hablando con Voz fuerte y reconfortante a la vez. Es repensar, revisar, desafiarnos y agradecer.

Amar en estos tiempos inciertos es ser valiente. Que eso no supone –solamente- dejarlo todo y salir corriendo. Porque el amor profundo, radical, no es el de las películas, sino el de la entrega, así como Cristo nos lo ha enseñado; es el amor que nos lleva a cuidar del otro, de los seres amados, del prójimo y del desconocido en solidaridad.

Seguir leyendo «El Amor en Tiempos de Incertidumbre»

Jesús no Vino a Erradicar la Lepra

Jesús no vino a erradicar la lepra

Jesús no vino a erradicar la lepra, pero sanó leprosos. Fue la ciencia la que la limitó.

Carlos Alejandro Muro Flores

Esta es la realidad, Jesús no llegó quitando TODA enfermedad a ningún lado, fue en ese contacto con las personas en donde ocurría la SANIDAD de manera personal. Al conocerle, al estar frente a Él, al sentir su mirada y su amor los sanaba de CUALQUIER enfermedad y por si fuera poco también les perdonaba pecados.

Con los apóstoles fue igual: sanaban personas, no erradicaban enfermedades.

Con el paso del tiempo Dios ha dado sabiduría y conocimiento a los hombres para limitar y curar no solo la lepra, también “los sangrados de nacimiento”, los “cojos” , “los ciegos”, “los lunáticos” y así casi TODA enfermedad que se mencione en la Escritura.

Siguiendo esta enseñanza no creo que Dios vaya a erradicar el Covid-19 o cualquier otra enfermedad que se nos venga encima, pero sí creo que dará entendimiento a hombres para obtener la cura a estas calamidades sanitarias y, SIN DUDA, obrará milagros y sanidades a nivel personal de ésta y otras enfermedades tal vez más terribles.

Seguir leyendo «Jesús no Vino a Erradicar la Lepra»

La Iglesia en Línea

La Iglesia En Línea

Después de esta crisis la iglesia no puede seguir siendo la misma. Esta pandemia nos debe ayudar a redefinir nuestras prioridades, a ser los pies y las manos de Cristo, a ser una comunidad “Cristo-céntrica” y no “Templo-céntrica”. Nuevos ministerios y áreas de servicio pueden empezar a existir para resolver los problemas sociales existentes. Es tiempo de dar, de intentar cosas nuevas, de interceder, de orar y de actuar.

Hugo Almanza

Soy Hugo Almanza, pastor metodista en Reynosa Tamaulipas. Escribo estas líneas desde la mesa de mi casa, el día 6 de abril de 2020, después de tres domingos que recibimos la instrucción de suspender nuestras celebraciones dominicales y toda clase de reunión en la que se congreguen más de 20 personas. Quiero tratar de resumir como han sido las últimas tres semanas desde mi trinchera pastoral, así como proponer una palabra de esperanza para este tiempo de pandemia.

Las primeras dos semanas consideramos que era prudente congregarnos en células, por lo que nuestra iglesia simplemente cambió la dinámica dominical en el templo por nuestros grupos en casa; y uno a uno fueron llegando a su lugar de reunión semanal para adorar, cantar, escuchar la exposición de la Escritura, ofrendar y agradecer al Señor. En aquellos días el ambiente social era bastante más tranquilo; escuchábamos las noticias de China y España, pero no estábamos alarmados. Recuerdo que el primer domingo fui obediente a la instrucción episcopal y, aunque mi familia se trasladó a su célula, yo opté por permanecer en el templo en oración y a la expectativa de si algún hermano asistía allí, para atenderle y orar con él. Sin embargo, nadie asistió. Al medio día tomé una fotografía con el templo vacío. En un día normal a esa hora nuestro edificio está lleno: todos están cantando, celebrando, la música está sonando fuerte, las manos están levantadas, la atmósfera de adoración emana de ese lugar y, quien entra, lo distingue.

Seguir leyendo «La Iglesia en Línea»

¿Ha Llegado la Hora del Anticristo?

¿Ha llegado la hora del Anticristo?

¿Realmente son el coronavirus, la depresión económica que viene, los cambios políticos hacia estados totalitarios y las nuevas tecnologías señales de la inminente venida del anticristo?

José Hutter

El último desafío del que quiero hablar nos lleva a un tema muy actual en nuestros días. Tiene que ver con los últimos tiempos. La escatología no es solamente un tema para expertos en los “últimos tiempos”. Todos tenemos una escatología de la misma manera como todos tenemos una teología. Lo interesante es: nuestra escatología no tiene que ver en primer lugar con el futuro, sino decide cómo enfocamos y entendemos el presente. Sobre eso quiero reflexionar en las próximas semanas.

Me gusta analizar los tiempos que corren. Tengo un interés particular en sacar conclusiones de lo que observo para tratar de identificar tendencias y modas de pensamiento para ver a dónde nos llevan. Indudablemente, lo hago con más o menos acierto.

Los que me conocen saben que me interesa especialmente el mundo de la economía y las finanzas. Con frecuencia hablo de esos temas en mi muro en Facebook.

Los lectores de mis comentarios saben que llevo advirtiendo desde hace más de diez años de este tsunami que ahora nos ha pillado de lleno. Y no estoy hablando del virus. Por supuesto nadie veía venir ese virus que se ha bautizado con el nombre espantoso de SARS-CoV-2. Y en este contexto no voy a opinar sobre eso. No soy médico y aún menos virólogo. Me falta el conocimiento de este tema para poder aportar algo que valga la pena. Ni siquiera conozco un versículo que hable particularmente de esta plaga. Lo que me parece más importante es cómo se percibe el Covid-19 y lo que va a traer. En otras palabras: en mi muro suelo hablar del impacto económico de lo que sufriremos en los próximos meses y años y que nos marcará a cada uno profundamente.

Seguir leyendo «¿Ha Llegado la Hora del Anticristo?»

Cuando Jesús Llama a Nuestra Puerta

Cuando Jesús llama a nuestra puerta: Zaqueo

Zaqueo entiende que Cristo es un modelo digno de ser imitado. Sabe que después de ese encuentro con el Maestro no puede seguir viviendo de la misma forma.

Jacqueline Alencar (adaptación)

Comparto una breve reflexión y lectura de la palabra basada en Lucas 19. Con el título: ‘Un recaudador de impuestos encuentra una mina de oro’, nos acerca a la impactante historia de Zaqueo, aquel jefe de los recaudadores de impuestos de toda la zona de Jericó, quien seguro tenía una gran cantidad de subordinados bajo su mando, y era respetado por el temor que generaba; tenía gran poder adquisitivo que aumentaba gracias a las prácticas fraudulentas ejercidas con total impunidad y gracias al cargo que ostentaba.

Zaqueo y otros cobraban impuestos para Roma, por ello, los publicanos no gozaban de una buena reputación ante el pueblo judío, evidentemente. Pero en esta historia Jesús, una vez más, trastoca todos nuestros patrones humanos.

Quizá alguno de nosotros no le hubiera dado una oportunidad; jamás lo habríamos invitado a nuestra casa o caminado con él por las calles de nuestra ciudad para no dañar nuestra reputación. Y si alguien nos pidiera referencias suyas, habríamos dado las peores, sin compasión. Ni siquiera por las ascuas sobre su cabeza.

Seguir leyendo «Cuando Jesús Llama a Nuestra Puerta»

Jesús Era Insoportable

Jesús era insoportable

Jesús ponía a los líderes religiosos contra las cuerdas, no sólo los denunció, sino que les causó un problema político. Sabiendo ellos que no podrían con Roma, conspiran contra él para acabar con el problema: había que eliminarlo.

Jesús era insoportable, el pueblo creía en él, creían cada vez más que era el mesías, el hijo de David, el gran libertador prometido, que anunciaba buenas noticias a los pobres, libertad a los oprimidos, y a los presos apertura de la cárcel, la remisión de las deudas, el año agradable del Señor.

Jesús ponía a los líderes religiosos contra las cuerdas, no sólo denunciaba su impiedad, su egocentrismo, su falta de misericordia, su hipocresía, su abuso a los necesitados, su deseo de lugares y tratos privilegiados, sino que la creencia mesiánica por parte de la gente les aterraba, esos ignorantes que para ellos eran malditos pues no conocían la ley como ellos, los llevaba a un problema político, Roma los destruiría al saber que se levanta un caudillo, un alborotador que dice ser Rey. Sabiendo ellos que no podrían con Roma, sabiendo que él los rechazaba también a ellos como líderes, conspiran contra él para acabar con el problema, hay que eliminarlo, hay que matarlo ya.

Mientras el pueblo esperaba al hijo de David para restaurar el reino y cual Moisés liberarlos de la esclavitud, y mientas los líderes religiosos lo descartaban como ese Libertador y sentían la necesidad de sacarlo del tablero, Jesús estaba de acuerdo y en desacuerdo con ellos. El era el Rey, pero no era un caudillo, el tenía un gobierno y un pueblo, pero no era en base a espada ni a un rey que es servido, que tal como advirtió Samuel, pide tributos, palacios, esposas, tierras, liderazgo. Él viene a invertir esto, él es un rey siervo, él es un rey pobre, él denuncia por cierto la injusticia, él es un Libertador que debe morir ante la impiedad humana, que viene acabar la separación con Dios que es la injusticia y el dedo acusador de la ley.

Seguir leyendo «Jesús Era Insoportable»

El Amor en Tiempos del COVID-19

El amor en tiempos del COVID-19

Emmanuel Vargas Alavez

La crisis de salud que estamos viviendo a nivel mundial está haciendo al menos tres cosas: primero, ha promovido el “distanciamiento social” como una forma para evitar el contagio. Es decir, la gente no deberá saludarse de mano, de beso en la mejilla, ni abrazarse; y deberá mantener la separación de un metro de distancia entre personas. Además, debe evitar asistir a lugares donde se reúnan más de diez personas. También sería bueno, y si le fuera posible, recluirse en su casa mientras pasa esta crisis sanitaria.

Segundo, la gente que está entrando en pánico, se vuelve egoísta, rara y violenta. Va a los comercios y compra “todo” lo que cree que necesita para “sobrevivir”. Incluso está dispuesta a pelear para conservarlo. Algunos comercios están “aprovechando” la situación para obtener mayores ganancias; otros están saqueando «aprovechando el río revuelto», y es escandaloso el ejemplo de Trump ofreciendo millones de dólares para obtener exclusividad de alguna vacuna contra el virus.

Tercero, esta crisis nos está obligando a permanecer en casa (a quienes les es posible). Las escuelas, universidades y compañías que puedan hacerlo, implementarán medidas para seguir su enseñanza o trabajo, pero lejos de las aulas u oficinas. Deberán aprovechar la tecnología o algún otro medio creativo para continuar con su aprendizaje y trabajo.

Seguir leyendo «El Amor en Tiempos del COVID-19»

Egocentrismo y Propósito

Egocentrismo y propósito

Bajo la queja de no tener propósito en nuestra vida, se esconde demasiadas veces un enfoque mucho más egoísta de lo que nos gusta reconocer.

Lidia Martin

Uno de los elementos que está tras buena parte de los problemas depresivos y de ansiedad que la gente trae a consulta es la sensación -si no convicción- de falta de propósito en la vida. Dicho en sus palabras, “Creo que mi vida no vale para nada”, “No encuentro propósito en lo que hago”, “No sé a qué aspirar” y una infinidad de sentencias similares. Todos en algún momento, quizá, hemos podido sentir algo parecido en momentos oscuros de nuestra vida. Pero cuando una sensación como esta se arraiga fuerte dentro de nosotros, la cosa puede complicarse sobremanera.

No es en ese momento, sino mucho antes, en que hemos de ocuparnos en el asunto del propósito de vida. De hecho, deberíamos aprender desde niños (y en eso tenemos mucho que hacer y decir los padres) a vivir con esa visión de utilidad, propósito, destino… que tantas veces echamos en falta porque estamos subidos a una vorágine ya desde pequeños en que parece que nuestro sino en la vida es acumular, pagar facturas y mantenernos lo suficientemente distraídos como para no darnos mucha cuenta del tipo de existencia que estamos llevando.

Darse a los demás es también una forma de adoración
Sin embargo, esa es la que estamos alimentando, pretendiendo que deje de ensanchar sus tentáculos cuando no dejamos de lanzarle comida. No vamos a menos en esta locura de sobrevivir sin vivir: vamos a más. Y por mucho que intentamos autoengañarnos y opacarnos esa realidad, algo dentro de nosotros se revuelve como diciendo a gritos “No me engañas, una vida así no merece la pena”. Efectivamente, así es, y por eso nuestras emociones, coherentemente con lo que perciben, reaccionan llamándonos a un cambio urgente que casi nunca interpretamos como tal. En esos casos nos peleamos con la tristeza o la ansiedad, nos pegamos con el mensajero, en cierta manera, pero posponemos lo que desde el principio el mensaje nos llamaba a hacer: detenernos, mirar con atención a nuestra vida y descubrir propósito donde no lo ha habido, quizá, durante mucho tiempo.

Seguir leyendo «Egocentrismo y Propósito»

Jesús en Cuarentena

Jesús en cuarentena

Alan Sánchez Cruz

Domingo 22 de marzo de 2020

Hola, soy el pastor Alan Sánchez Cruz. En días pasados, las congregaciones metodistas recibíamos un comunicado de parte del Gabinete General con fecha de martes 17 de marzo del presente. El documento indicaba, entre otras cosas, la suspensión de cultos regulares y actividades programadas del 21 de marzo hasta el 4 de abril, a menos de que hubiese otra instrucción. Por tal motivo, la reflexión de este domingo la compartiré contigo por este medio. Diremos, en este sentido: “¡Bendita tecnología, que, a pesar de no estar congregados en un mismo lugar, nos permite meditar juntos en torno a la Escritura Sagrada!”.

El título del mensaje es: “Jesús en cuarentena”. Título por demás curioso, y, si bien escuchar el término “cuarentena” nos causa incomodidad, incertidumbre, tedio e incluso, en algunos, pánico, el tal se dice que proviene de la expresión latina quadraginta que no es otra cosa que aquello que cuenta con cuarenta elementos. De ahí, que los numerales latinos por decenas se contasen así (permíteme esta fonética vulgar): viginta, triginta, quadraginta, quinquaginta, sexaginta, septuaginta (como la famosa traducción bíblica de los LXX) y demás.

Muy acorde el tema con lo que hemos estado meditando en días recientes, cuando, según las Escrituras, el Espíritu lleva a Jesús al desierto. Lo aísla, además, por cuarenta días y cuarenta noches. Dicho sea de paso, la cultura de aislamiento que sufrían aquellas y aquellos a quienes se les consideraba “impuras” o “impuros” está presente en la Biblia desde el Antiguo hasta el Nuevo Testamento. Levítico 12 al 15 registra, por ejemplo, leyes de purificación impuestas principalmente a las mujeres y a enfermos de lepra. En el caso de las mujeres, al tener su periodo menstrual o al dar a luz, las mismas leyes sanitarias les marginaban de sus relaciones y prácticas cotidianas. ¿Cómo se sentiría una mujer en aquella época, cuando, además de esto, se le enseñaba que su valor en la sociedad era menor al del hombre? Por otra parte, los invidentes, minusválidos, enfermos de lepra o de algún mal congénito, experimentaban el rechazo de su comunidad como si no perteneciesen a la misma. Algunos de ellos podían sentirse prácticamente como “muertos vivientes”. Por tal motivo, Jesús les diría a aquellas y a aquellos marginados: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10 RVR 1960).

Seguir leyendo «Jesús en Cuarentena»

¿Castigo Divino?

¿Castigo divino?

Alexander Cabezas

Desde la cultura popular se continúa atribuyendo –al igual que en el medievo– la creencia de que todas las calamidades o desastres naturales y humanos son dadas por Dios, incluyendo esta actual pandemia de espectro mundial que estamos atravesando.

Aunque suene inverosímil creerlo, en el año 2007 el senador de Nebraska, en Estados Unidos, Ernie Chambers, literalmente sentó a Dios en un banquillo de acusados y lo demandó por permitir las inundaciones, los terremotos, los huracanes y otras calamidades. Su conclusión fue: «el demandado (Dios), no ha mostrado ni compasión ni remordimiento», argumentó Chambers. (¡Supongo más de uno estarán acusando a Dios por esta actual pandemia!).

En el fondo de estos argumentos está la idea que favorece la concepción de un Dios indolente, listo a ejecutar su justa ira o castigo y para ello se vale de cualquier instrumento para advertirlo incluyendo la Biblia. Se recurre a ciertos a ciertos pasajes bíblicos, al igual que las profecías de Nostradamus, sobre todo con matices apocalípticas fuera de contexto, para argumentar que estos acontecimientos estaban previamente escritos o profetizados y obedecen a ese juicio.

Una vez alguien me decía:
–¡Es mejor que las personas, aunque impulsadas por el temor, se acerquen a Dios antes de que se pierdan!

Seguir leyendo «¿Castigo Divino?»

¿Qué es la Voluntad de Dios?

¿Qué es la voluntad de Dios?

Abner Alaniz Rangel

Le invito caro lector, a que saque sus propias conclusiones. No falta quienes dicen que ya es el fin del mundo. Que ya viene Nuestro Señor Jesucristo. Que el coronavirus es una es uno de los jinetes del apocalipsis. Otros, se cuestionan si es la voluntad de Dios el coronavirus, y surge la pregunta:»¿Qué es la voluntad de Dios?».

Respuesta: ¿Qué significa “la voluntad” y el “deseo” de Dios? (Dn. 4:17, 25:32 y 5:21). El Nuevo Testamento hace uso de tres palabras principales: El “plan y propósito eterno de Dios basados en su deliberación” (Lc. 7:30; Hch. 2:23, 4:28 y 20:2; Ef. 1:11); “su voluntad de acuerdo a su inclinación” (Hch. 22:14; Ro. 12:2; Ef. 5:17; Col. 1:9); y su “buena disposición y delicia” (Lc. 2:14; Ef. 1:5, 9; Fil. 2:13)

No obstante, la voluntad de Dios es absoluta, es decir no es condicionada por nada fuera de El mismo, no es distinta de su naturaleza divina, no es absolutamente arbitraria, sino que está en completa armonía con su santidad, su justicia, bondad y verdad. Por lo tanto, hay cosas que Dios no puede hacer (Números 23:19; 1 de Samuel 15:29; Hebreos 6:18; Santiago 1:13; 2 Timoteo 2:13) porque son contrarias a su carácter esencial. El fin más alto de la voluntad de Dios es El mismo. Todo aquello que no es de Dios existe por su soberana voluntad, que es, por lo tanto, La base de toda existencia. Dios no tiene la obligación de querer que aquello sea. Él gobierna sobre todo de acuerdo a su libre consejo y determinación (Salmos 115:3; Proverbios 21:1; Job 10:9; Isaías 29:16; Romanos 9:15-18; 1 Corintios 12:11; Apocalipsis 4:11).

Seguir leyendo «¿Qué es la Voluntad de Dios?»

Cuando las Situaciones nos Rebasan

Cuando las situaciones nos rebasan

Iván Jiménez Jiménez

Jesús dejó de ser un desconocido. Gracias a las señales que hacía, una multitud se empezó a aglutinar en los lugares a donde iba. Ya no era el predicador galileo anónimo y solitario: ahora se perfilaba como un líder, un sanador famoso, alguien que podía cambiar la situación de vida de los necesitados. Su popularidad crecía y las multitudes se convirtieron en un problema.

Así sucedió el día que la multitud tuvo hambre. Luego de ver a quienes lo seguían, Jesús hizo una pregunta administrativa a Felipe: “¿De dónde compraremos pan para que coman éstos?” (Jn. 6:5). La respuesta del discípulo fue clara: ni siquiera doscientos denarios (que era equivalente a doscientos días de salario) no bastarían para comprar el pan suficiente. La situación los rebasó por completo. La multitud tenía hambre y Jesús sentía la necesidad de proveer alimento para esas personas. No tenían dinero, tampoco comida, pero sí a mucha gente hambrienta. Esta fue una bendición que se transformó en prueba. La situación se salió de control, al menos para los discípulos, así como muchas cosas suelen salirse de control en nuestras vidas. Supongo que a todos nos ha pasado que el dinero, el tiempo, las fuerzas, la inspiración o los conocimientos parecen no ser suficientes para resolver los problemas que tenemos enfrente.

Nada es suficiente cuando se comparte y se pone en manos de Dios
Hay un héroe en esta historia: un muchacho anónimo que tenía cinco panes y dos peces pequeños. Como suele pasar con los héroes, nadie lo tomó en cuenta. Incluso Andrés lo mira con ironía (Jn. 6:9). Sin embargo, el muchacho está dispuesto a quedarse sin nada con tal de compartir la comida con Jesús. Es cierto que cinco panes y dos peces no son suficientes para más de cinco mil personas, es cierto que dar gracias por esa comida es un absurdo logístico, es cierto que la situación se ha salido de control, pero también es cierto que todo había sido puesto en manos de Jesús.

Seguir leyendo «Cuando las Situaciones nos Rebasan»

Un Salmo en la Epidemia

Un salmo en la epidemia: la confianza triunfa sobre el miedo

El Salmo 91 ha infundido aliento y paz a millones de creyentes en el fuego de la prueba. Su mensaje es muy relevante a nuestra situación actual de epidemia.

Pablo Martínez Vila

“El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová: «Esperanza mía y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré».

El Salmo 91, también llamado el “Himno triunfal de la confianza”, es una joya. Ha infundido aliento y paz a millones de creyentes en el fuego de la prueba. Según algunos comentaristas fue escrito en medio de una epidemia de peste (2 Samuel 24:13). Podrían ser circunstancias similares a las que estamos viviendo hoy. Su mensaje, por tanto, es muy relevante a nuestra situación actual de epidemia.

Vivimos días de ansiedad e incertidumbre. El mundo entero está con miedo. De pronto hemos tomado conciencia de la fragilidad de la vida. ¿Qué pasará mañana? La fortaleza en la que el hombre contemporáneo se creía seguro se ha tornado debilidad, hay grietas en la roca y nos sentimos vulnerables. La gente busca un mensaje de serenidad y tranquilidad. ¿Dónde encontrarlo?

El mensaje del salmo 91 se resume en una frase: la confianza triunfa sobre el miedo. El salmista nos presenta tres frases clave que resumen el “trayecto” dese la ansiedad-miedo hasta la confianza:

  • “Mi Dios”: lo que Dios es para mí
  • “Él te librará”: lo que Dios hace por mí
  • “Confiaré”: mi respuesta
Seguir leyendo «Un Salmo en la Epidemia»

Ella es la Culpable

Ella es la Culpable

Iván Jiménez Jiménez

Muchos conocen la historia que aparece en Juan 8:1-11. Como suele suceder, ha pasado a la historia como la historia de “la mujer adúltera” y no con otros títulos. Bien podríamos bautizarla como la historia de “los jueces injustos”. En resumen, una mujer es llevada para que Jesús diera el visto bueno de su ejecución por lapidación. Había sido sorprendida en el acto del adulterio, aunque al hombre no lo llevaban, siendo que también debía ser presentado. Jesús no dice nada. Su silencio parece ser cómplice de una gran injusticia que se estaba cometiendo, hasta que dijo las inmortales palabras: “el que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella” (8:7). Los hombres se van y Jesús se quedó solo con la mujer.
“Ella es la culpable”, decían los hombres. “La adúltera es ella”. “Seguro sedujo a…. y por eso se acostó con ella”. “Si su esposa lo atendiera bien, … no habría tenido necesidad de buscar a otra mujer”. “… No tuvo la culpa; no es adúltero, sino un hombre desatendido”. “Los hombres tienen necesidades, ¿O no?”.

Sigue el ejemplo de Jesús: guarda silencio, aboga por lo que es justo
Me pregunto por qué Jesús se quedó callado tanto tiempo. Tal vez fueron segundos, pero cuando la vida de alguien está en riesgo y los verdugos tienen piedras en las manos, es demasiado tiempo. Jesús sólo escribía en tierra algo que nos es dado saber. Hay quienes dicen que escribía los pecados de los presentes. Yo creo que estaba pensando sobre lo que debía hacer y sólo ganaba tiempo. Finalmente, Jesús también era hombre, educado según los parámetros de su época y, como humano, también debía orar y reflexionar para mantener el rumbo correcto.

Jesús nos exige lo que es justo. La práctica de la justicia salva a la mujer. Hoy hay muchos que hablan y dicen; y exigen, critican y se burlan. Simplemente sé cómo Jesús: guarda silencio para pensar, no hables por ellas, interpela a tus congéneres para encontrar lo que es justo, exige justicia. El fruto de la justicia es la paz.

Seguir leyendo «Ella es la Culpable»

Amando y Perdonando

Amando y perdonando

Yashar

INTRODUCCIÓN

• Para que haya una convivencia entre dos o más personas, ¿Qué es lo que necesitamos?
• Para exista una comunidad ideal ¿Qué elemento es fundamental?
• Para que una relación marital perdure ¿Qué necesitamos?
• Para que haya un vínculo armónico entre padres e hijos, ¿Qué se requiere?
• De todos los mandamientos dados por Dios, ¿Cuál es el esencial?

Las lecturas que tenemos como referencia de este artículo nos comunican este elemento tan esencial: amor. Pero no solamente se queda en un concepto que comúnmente hemos limitado.

El libro de Levítico enfatiza el amor al prójimo como una ley fundamentando en la soberanía y santidad de Dios:

“Santos seréis, porque santo soy yo Jehová vuestro Dios”.

El salmista enfatiza la importancia de aprender:

“Enséñame, oh Jehová el camino de tus estatutos, y lo guardaré hasta el fin”.

La enseñanza no da sabiduría, sino el cumplimiento de esta:

“Porque la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios”.

Seguir leyendo «Amando y Perdonando»

Autoridad

Autoridad: Jesucristo, la Escritura, el Espíritu Santo

Jesucristo se presenta deliberadamente como el Maestro autoritativo: “Oísteis que fue dicho a los antiguos […]. Pero yo os digo”.

Martyn Lloyd-Jones

La autoridad de Jesucristo: el testimonio de los Evangelios

Permítaseme recordar brevemente el alegato que se presenta en el Nuevo Testamento en defensa de esta gran aseveración de la autoridad definitiva y suprema del Señor Jesucristo. Es interesante advertir cómo el Nuevo Testamento asevera ese hecho al comienzo de todas sus afirmaciones. Lo hace en el mismísimo comienzo de los Evangelios. Pensemos en Mateo 1:23. Esto sucederá —se nos dice— a fin de que se verifique la siguiente afirmación: “He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros”. Ahí lo tenemos, al comienzo, justo en la mismísima introducción del Evangelio.

De la misma forma, el ángel que se apareció a María y le anunció esto hace la siguiente afirmación extraordinaria con respecto a este ser “santo”, a este niño que habría de nacerle: “Y su reino no tendrá fin”, el Señor eterno y universal. Luego, recordemos que el ángel que habló a los pastores dijo: “Os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor”.
Ahora bien, esa clase de afirmación se hace al mismísimo comienzo. ¡Qué trágica es la frecuencia con que, debido a nuestra gran familiaridad con las Escrituras, pasamos por alto cosas como esta! Los Evangelios se escribieron con un propósito muy claro y deliberado en mente. No fueron unos simples testimonios escritos, una mera recopilación de hechos. No, no cabe la menor duda de que tenían la intención de presentar las cosas desde un punto de vista concreto. Todos ellos presentan al Señor Jesucristo como el Señor, como esta Autoridad última.

El mensaje de Juan el Bautista fue esencialmente el mismo. Ahí lo tenemos solo, tras haber predicado y bautizado al pueblo en el Jordán, cuando oye las murmuraciones de la multitud. Hablan entre ellos y dicen: “Sin duda, este ha de ser el Cristo. Nunca hemos oído una predicación como esta. Cuando vemos su rostro, ¿acaso no se percibe su autoridad? Este tiene que ser el Mesías que esperábamos”. Pero Juan se dirige a ellos burlándose y dice: “No soy el Cristo”. “Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene uno más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. Su aventador está en su mano, y limpiará su era, y recogerá el trigo en su granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará” (Lucas 3:16-17). ¡Observa la aseveración! “Yo no soy el Cristo, no soy quien posee la autoridad. Preparo el camino; soy el precursor, el heraldo. Él es la autoridad y está aún por venir”. Nuevamente, toda la idea gira en torno a aseverar la autoridad de Nuestro Señor. ¡Con cuánto cuidado estos Evangelios hacen esa afirmación una y otra vez!

Seguir leyendo «Autoridad»