Categoría: Reflexiones

Desesperación y Esperanza

Desesperación y esperanza

Pedro García Carlos

En medio de un mundo tan convulsionado como en el que vivimos actualmente, todos necesitamos tener esperanza. Si no se tiene esperanza de nada sirve vivir, la vida no tiene sentido. Si el ser humano no tiene esperanza, cae en la desesperación, en la agonía de no encontrar solución a sus dilemas, de caminar por el mundo con incertidumbre.

El aumento de suicidios principalmente entre los jóvenes, la multiplicación de enfermedades nerviosas, la gran cantidad de personas que sufren depresión y el vicio del alcoholismo y las drogas, nos haba de un mundo que no tiene esperanza.

¿Qué es la esperanza? Para el cristiano es la expectación que todo lo que Dios ha prometido se cumplirá. Es confiar y esperar en Dios. Nuestra esperanza no es un cuento de hadas, o la posibilidad que algo ocurrirá. Descansa en la seguridad total que nos dan las promesas de Dios.


Tenemos la esperanza de un futuro mejor, y que las circunstancias que nos rodean pueden mejorar.

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Pastoral para la Vejez (2)

Los retos de una pastoral para la vejez
(segunda parte)

La vejez es el «tiempo favorable» para la culminación de la existencia humana y forma parte del proyecto divino sobre cada hombre. Es la etapa definitiva de la madurez humana y, a la vez, expresión de la bendición divina.

Abner Alaniz Rangel

Con Abraham, del cual se subraya el privilegio de la ancianidad, dicha benevolencia se convierte en promesa: “De ti haré una nación grande y te bendeciré”. Junto a él está Sara, la mujer que vio envejecer su propio cuerpo pero que experimentó, en la limitación de la carne ya marchita, el poder de Dios que suple la insuficiencia humana. Moisés es ya anciano cuando Dios le confía la misión de hacer salir de Egipto al pueblo elegido. Las grandes obras realizadas a favor de Israel por mandato del Señor no las lleva a cabo en su juventud, sino ya entrado en años.

El Nuevo Testamento, nos ofrece asimismo figuras elocuentes de ancianos. El Evangelio de Lucas comienza presentando una pareja de esposos «de avanzada edad» (1, 7), Isabel y Zacarías, los padres de Juan Bautista. A ellos se dirige la misericordia del Señor (cf. Lucas 1, 5-25. 39-79); a Zacarías, ya anciano, se le anuncia el nacimiento de un hijo. Lo subraya él mismo: «yo soy viejo y mi mujer avanzada en edad» (Lucas 1, 18). Durante la visita de María, su anciana prima Isabel, llena del Espíritu Santo, exclama: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno» (Lucas 1, 42). Al nacer Juan Bautista, Zacarías proclama el himno del Benedictus. He aquí una admirable pareja de ancianos, animada por un profundo espíritu de oración.

Anciano es Nicodemo, notable miembro del Sanedrín, que visita a Jesús por la noche para que no lo vean. El divino Maestro le revelará que el Hijo de Dios es Él, venido para salvar al mundo (cf. Juan 3, 1-21). Volvemos a encontrar a Nicodemo en el momento de la sepultura de Cristo, cuando, llevando una mezcla de mirra y áloe, supera el miedo y se manifiesta como discípulo del Crucificado (cf. Juan 19, 38-40). ¡Qué testimonios tan confortadores! Nos recuerda cómo el Señor, en cualquier edad, pide a cada uno que aporte sus propios talentos. ¡El servicio al Evangelio no es una cuestión de edad!

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Estos que Trastornan el Mundo Entero

Estos que trastornan el mundo entero

La iglesia o es trastornadora de este mundo por medio de la fe, o es transformada por la sociedad, al perder su identidad y visibilidad como iglesia de Cristo.

Máximo Álvarez Alvelo

En el libro de Los Hechos de los Apóstoles (17:6) se encuentra la frase pronunciada por ciudadanos judíos y gentiles en la antigua ciudad de Tesalónica: “Estos que trastornan al mundo entero también han venido acá” referida a la predicación del evangelio por el Apóstol Pablo y sus compañeros de ministerio (Siglo I). Es una frase que nos desafía a la reflexión y al análisis eclesial si en nuestras sociedades ¿Es la Iglesia de hoy también trastornadora del mundo entero?

De los estudios que se han realizado sobre la sociedad romana en los tiempos en que vivieron los Apóstoles y muy concretamente en el periodo ministerial del Apóstol Pablo y los siglos II y III se tienen datos referentes a toda una serie de áreas sociales, políticas, culturales, económicas, biológicas y religiosas; de todo ello se ha ido creando un perfil bastante cercano a la realidad de cómo era, pensaba, sentía y actuaba la sociedad romana.

La literatura sobre este tema es amplia. Incluso el género de novela histórica también ha aportado información, datos sobre los personajes y las situaciones de vida dando información verídica de los hechos de los que fueron protagonistas al mando del Imperio y de las diversas clases sociales. Incluyendo a los clásicos del pensamiento, de la filosofía.

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¿Dónde Está tu Hermano?

¿Dónde está tu hermano?

Es tiempo de que en la Iglesia exista un protocolo de prevención y acompañamiento al abuso sexual.

Guillermo Niño Fernández*

“Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por voluntad de Jehová he adquirido varón. Después dio a luz a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de ovejas, y Caín fue labrador de la tierra. Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante. Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante? Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él. Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató. Y Jehová dijo a Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano? Y él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra”.

Génesis 4:1-10

En el versículo 9 de esta lectura, la pregunta que encontramos en el texto bíblico la realiza Dios, confrontando a Caín después de que este hombre decidiera asesinar a su hermano. La respuesta de Caín es “¿Acaso soy guardia de mi hermano?”.

Hoy, en nuestra sociedad, vemos una comunidad dañada por los pecados sistemáticos como el machismo al normalizar la violencia en una relación de noviazgo, por ejemplo. Como los celos, los jaloneos, las prohibiciones de parte del hombre a la mujer en tener amigos, salidas recreativas, estudios o un trabajo, etcétera. O, el considerar “normal”, con base en un sistema corrupto, ver a una mujer asesinada en las portadas de periódicos amarillistas o mirar a mujeres semidesnudas en ciertas portadas en los puestos de revistas. El enterarnos de abusos sexuales a niños, niñas y adolescentes y no hacer nada, o verlo como un daño mínimo que pasará y sanará con el tiempo. O malbaratar la oración considerando que con una oración el daño sanará.

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Pastoral para la Vejez (1)

Los retos de una pastoral para la vejez
(Primera parte)

Abner Alaniz Rangel (adaptación)

Debo advertir que me presento como un aficionado, en proceso de vejez, que comparte sus experiencias de más de 50 años de ministrar al servicio de la Iglesia Metodista de México, además de amplia investigación documental; y no tanto como un experto en la materia.

Sólo lamento que tengo la condicionante del tiempo, que me obliga a dejar en el tintero mucho del material investigado; y hay razón en ello, los expertos afirman que no se puede conservar la atención del auditorio, más allá de unas cuantas líneas. Invoco vuestra indulgencia.

«Senectus ipsa est morbus». “¡Qué pena llegar a viejo!” reza un viejo texto egipcio, que data de 2,500 años antes de Cristo; y añade: “El viejo se debilita día a día, sus oídos se vuelven sordos, su vista se baja, su fuerza declina, el corazón no descansa. La boca se queda muda y ya no habla. Sus facultades mentales merman; no consigue recordar hoy lo que hizo ayer. La vejez es la peor de las calamidades que puedan afligir al hombre”.

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Arrepentíos y Convertíos

Arrepentíos y Convertíos

David Almanza Villalobos

“Por eso, dejen de pecar y vuelvan a obedecer a Dios. Así él olvidará todo lo malo que ustedes han hecho, les dará nuevas fuerzas”.‬‬

Hechos‬ ‭3:19‬ ‭TLA

El arrepentimiento es, según el diccionario, “pesar por algo que hayamos hecho”. Pero bíblicamente la palabra arrepentimiento («metanoia») nos invita a pensar diferente o reconsiderar. Moralmente, significa sentir compunción.

Por otro lado, conversión es «epistréfo», que quiere decir revertir (literalmente figurativamente o moralmente): convertir, volver.

Recuerdo una campaña en mi iglesia natal El Buen Pastor de Monclova. En esta campaña, cerramos la calle que está enfrente de la iglesia y de la plaza Juárez, calle Jiménez. Se presentó un coro de Saltillo, Coahuila, y después un buen mensaje evangelístico. Había al menos unas 200 sillas en la calle, de esas 200 sillas, 150 estaban ocupadas por cristianos. Recuerdo también que se decía: “¡35 personas se convirtieron!”.

En las actividades de la iglesia posteriores a este evento, no vi que aumentara la congregación. ¿Dónde estaban esas 35 personas? Quizá 35 personas recibieron a Jesús, y eso es muy bueno, pero, no necesariamente estas personas se arrepintieron y se convirtieron.

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Jesús y el Trastoque de Valores

Jesús y el trastoque de valores

También, en nuestro momento histórico, hay muchos obreros injustamente pagados que necesitarían de la justicia misericordiosa que usó Jesús con los trabajadores de la viña.

Juan Simarro

Espero que os llame la atención algunas de las parábolas del Reino como la Parábola de la Gran Cena, ese valor del Reino que nos dejó Jesús que nos anuncia que “muchos últimos serán primeros”, la afirmación de que habrá prostitutas que podrán ir por delante de muchos religiosos al Reino de los cielos, la Parábola de los Obreros de la Viña en donde los últimos serán pagados los primeros e igual que ellos, la Parábola de la Fiesta de Bodas en donde, al final, entran todos aquellos que jamás habrían pensado en participar en ese banquete, mientras que otros muchos se autoexcluyen o son excluidos, el ver como Jesús saca del banco de los tributos a personas estigmatizadas y ladrones para que sean sus seguidores, y así muchos otros casos. Realmente, no cabe duda de que Jesús hace un trastoque de valores.

Pregunta: ¿Nos escandaliza esto hoy al igual que se escandalizaban muchos de los religiosos de la época de Jesús? ¿Escandaliza esto hoy a profesionales de la religión que se creen representantes oficiales y escogidos de Dios y por Dios? ¿Hay hoy tantos y tantos estigmatizados, proscritos, desclasados y marginados como en el tiempo de Jesús? ¿Cómo es nuestra sociedad hoy? ¿Haría también hoy nuestro Maestro, Jesús, una nueva subversión de valores sociales, económicos y religiosos?

Hoy sigue habiendo personas marginadas y tachadas de pecadores, sigue habiendo ricos acumuladores que despojan a los más débiles de una forma injusta, hoy, también, la situación de la mujer, de la valoración de las razas con la xenofobia y el racismo sigue ahí de una u otra manera. También, en nuestro momento histórico, hay muchos obreros injustamente pagados que necesitarían de la justicia misericordiosa que usó Jesús con los trabajadores de la viña, hoy hay muchas y muchas personas rechazadas del banquete de la vida, personas que no pueden participar mínimamente de los recursos de la tierra y del trabajo para vivir con los mínimos de dignidad imprescindibles.

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La Fe como Fuerza para Crecer

La fuerza del crecimiento: La fe como fuerza para crecer

Obispo Moisés Morales Granados

Conferencia impartida el pasado 11 de agosto, con motivo de la Semana Nacional del Hombre Metodista, celebrada por la Fraternidad de Hombres Metodistas.

La palabra «crecer» viene del latín crescere, con el mismo significado de aumento de tamaño por medio de un desarrollo orgánico natural. El verbo latino crescere se asocia con la raíz indoeuropea *ker-3 (crecer), presente en las palabras crear y criollo… (Incremento natural).

Al hablar de crecimiento, particularmente crecimiento espiritual, nos referimos al avance individual y colectivo que se inicia con el nuevo nacimiento y terminará con la glorificación. Se trata de ir caminando hacia la madurez, hacia la plenitud como hijos de Dios. El escritor de la Carta a los Hebreos dice: “vamos adelante a la perfección” (cf. Hebreos 5:11-14, 6:1-3). Este mismo escritor nos dirá que por la fe muchas personas realizaron proezas y alcanzaron buen testimonio mediante la fe (Hebreos 11:1-40). Sin embargo, en la vida de muchos cristianos estos pasajes de las Escrituras parecen ser solamente historia sin poderlos encarnar en la cotidianidad del siglo XXI.

Hoy, la gran mayoría de los cristianos nos conformamos con tener una vida moral, aunque en nuestro desarrollo espiritual sea evidente que somos infantes (cf. Hebreos 5: 13), no tenemos fe. Según Wesley la fe del pueblo de Dios es una fe distinta a lo que piensa el mundo. Él se preguntaba “¿Cuál entonces es esta fe mediante la cual somos salvos?” Y nos dejó esta respuesta: “no se trata únicamente de un asentimiento especulativo, racional, frío y sin vida, de una serie de ideas en la cabeza, sino también de una disposición del corazón.” Agrega, además, en el mismo sermón: “La fe cristiana, por lo tanto, no es sólo el asentimiento a todo el Evangelio de Cristo, sino también una confianza plena en la sangre de Cristo, una esperanza firme en los méritos de su vida, muerte y resurrección, un descansar en él como nuestra expiación y nuestra vida, como quien ha sido dado por nosotros y vive en nosotros. Es una confianza segura que el ser humano tiene en Dios, que mediante los méritos de Cristo sus propios pecados han sido perdonados, y uno ha sido reconciliado al favor divino. Es, en consecuencia de ello, acercarse y asirse a él como nuestra sabiduría, justificación, santificación y redención o, en una sola palabra, como nuestra salvación”.

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Altas Voluntarias

Altas voluntarias

Carlos Alejandro Muro Flores

“Una pequeña luz puede cambiar la percepción de las cosas”.

Chip Ingram.

Cuando alguna persona hospitalizada está siendo tratada médicamente, y ya sea que piensa o siente que no está realmente enferma, o no está de acuerdo con el diagnóstico, puede darse de alta de manera voluntaria. Al hacer esto exime de responsabilidad tanto al médico tratante como a la institución que está tratando de ayudarle con su padecimiento. El paciente asume toda la responsabilidad de manera informada por lo que le pudiese suceder en un futuro.

El día de hoy la sociedad está asumiendo conductas que ya no está considerando dañinas, que están en la “normalidad” ya que una buena cantidad de personas piensa igual.

Hace unos años no se pensaba así, la posverdad está tomando lugares impensables moviendo y trastocando los límites de la moralidad, la espiritualidad y la libertad; eliminando de la ecuación las palabras “arrepentimiento”, “pecado” y “consecuencia”; exaltando la individualidad y una espiritualidad antropocéntrica.

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Disfrute Individualista y Religión

Disfrute individualista y religión

Tenemos un peligro si nos dejamos moldear por los valores sociales de hoy, que se viven en las sociedades modernas de bienestar individualista, en contracultura con los valores del Reino.

Juan Simarro

Es importante tener cuidado para que, los que nos llamamos cristianos no caigamos en la vivencia de un cristianismo de autoconsumo, de búsqueda de cierto disfrute y de ciertos niveles de bienestar de tipo consumista, sino buscar siempre la práctica de una espiritualidad cristiana comprometida con el mundo, con el prójimo. Tenemos un peligro si nos dejamos moldear por los valores sociales de hoy, que se viven en las sociedades modernas de bienestar individualista, en contracultura con los valores del Reino o con los valores bíblicos en general.

Algunos, en nuestras modernas sociedades, pueden pensar que vivir el cristianismo es una manera de sentirse bien, de estar algo más gozoso, sentirse más realizado y con un cierto estatus de vida más placentero, relajado y cómodo que, en muchos casos nos lleva a una despreocupación del prójimo y de las problemáticas sociales del mundo en el que Dios nos ha puesto, intentando la vivencia individualista o, en su caso, también para los nuestros, en el que lleguemos a niveles de bienestar y comodidades insolidarias.

Es curioso que, en estos planteamientos, se puede caer en el error de la búsqueda de bienestares espirituales de forma insolidaria e impregnados de un fuerte individualismo en donde, para nada, cuenta nuestro prójimo sufriente, ni las estructuras socioeconómicas o de pecado injustas que hacen sufrir a muchos y que oprimen y despojan a más de media humanidad. Pues bien: eso son temas cristianos que no deben ser ajenos a la auténtica vivencia de la espiritualidad cristiana. Leed a los profetas y reflexionad sobre las enseñanzas de Jesús que, de una forma clara, entronca con la línea profética.

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¿Pecados Gigantes?

¿Pecados gigantes? Sí, los de los demás

Harold Segura

Jesús, en la última parte del Sermón de la Montaña invitó a que no emitiéramos juicios contra nadie. Se refería a juicios que condenan, sentencian o castigan a otras personas. Para eso están los jueces, si son asuntos legales, o Dios, si son cuestiones morales y otras más. Y, nosotros, ni jueces, ni dioses somos.

También afirmó que cuando se asume la posición de juez, el juicio que emitimos se vuelve en contra nuestra, puesto que quien juzga a otros revela sus propias carencias o penurias. La psicología profunda ha explorado este campo. También la sabiduría popular (que a veces es más profunda que el mismo Freud). Esta dice: “Lo que Juan dice de Pedro dice más de Juan que de Pedro”.

Al final de su enseñanza, el Maestro aclaró que el asunto de fondo de quien enjuicia, condena, excluye, castiga y sentencia, es que revela una enorme contradicción, cuando no hipocresía. Juzga a los demás con severidad, pero opina de sí mismo con benevolencia. Para estos jueces, el mal ajeno es gigante y su propio mal, muy chico.

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¿Qué Pensaría Wesley?

La Pregunta Metodista: ¿Qué pensaría Wesley?

¿Qué pensaría John Wesley acerca de cómo el pueblo metodista unido debería enfrentar los problemas críticos de nuestro tiempo?

Rev. Glenn M. Wagner

Puede ser exagerado para cualquiera de nosotros/as pretender saber lo que una persona que murió el 2 de marzo de 1791, hace 229 años, tendría que decir sobre temas contemporáneos de importancia o incluso creer que se prestaría atención a la sabiduría póstuma de Wesley. Pero creo que podemos deducir los pensamientos de Wesley basándonos en sus escritos, que incluyen 400 volúmenes de sermones, notas, comentarios y correspondencia. Muchos de los libros que escribió todavía están disponibles en forma impresa. También hay muchos libros informativos sobre Wesley, de autores/as interesados/as en su vida.

Bajo el liderazgo de John Wesley, el metodismo pasó de ser un pequeño grupo de devotos/as creyentes a convertirse en un movimiento global por Cristo. La huella clara de las ideas espirituales de John Wesley y su devoción personal al evangelio de Jesús aún se pueden percibir en la organización, la gente y el espíritu de la Iglesia.

Así como judíos/as, musulmanes/as y cristianos/as todavía honran la sabiduría de sus antepasados/as bíblicos y los/as estadounidenses todavía buscan la guía de nuestros fundadores nacionales, puede ser fructífero abordar los desafíos actuales con el consejo del visionario fundador del metodismo.

¿Qué diría el fundador del movimiento metodista mundial, que toca las vidas de 80 millones de personas en todo el mundo y más de 12 millones en los Estados Unidos, si se le pudiera pedir que ofreciera su consejo hoy al pueblo metodista unido durante una pandemia mortal?

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Una iglesia que piense: la iglesia reformada siempre se debe reformar

Una iglesia que piense: la iglesia reformada siempre se debe reformar

María Triviño Hernández

Crecí en una comunidad de fe donde la teología siempre fue mal vista. Los teólogos eran aquellos desviados cuya fe había sido tan insuficiente que terminó conduciéndoles a la total perdición. Durante mi niñez nunca escuché sobre la historia de la iglesia o el contexto cultural donde nació Jesús y pensar en ver otro libro además de la Biblia era inconcebible, de tal manera que cuando tomé la decisión de estudiar teología tuve que enfrentar las expresiones de disgusto y preocupación de algunos que optaron por aconsejarme a tener cuidado con volverme orgullosa o con perder mi relación con Dios, incluso, un pastor llegó a advertirme con el peligro que corría de dejar de creer en el mover del Espíritu Santo como consecuencia de estudiar “demasiado” la Biblia.

Durante la carrera al tener acceso a los idiomas originales bíblicos, a innumerables comentarios, diccionarios y traducciones, me di cuenta de la escasa idea que tenía sobre la Biblia, sobre Dios y su plan salvífico. Así fue como comencé a pensar en todos los hermanos con los que había crecido cuya fe era sencilla y admirable pero también peligrosa. Comencé a interesarme por la hermenéutica y a medida que iba adquiriendo herramientas era consciente de las interpretaciones dañinas que como iglesia estábamos haciendo: opresión a la mujer, a los pobres, a los racializados, a los homosexuales.

Hoy, en mi último año de pregrado, entiendo que no todos tienen que ser teólogos y que al igual que las demás profesiones, esta debe ser elegida por vocación. Sin embargo, también comprendo la necesidad de que el conocimiento deje de ser manejado con elitismo y comience a llegar a la iglesia cotidiana. La iglesia necesita conocer más la Biblia que tanto profesa y eso solo se logra con las herramientas necesarias: pastores y líderes mayormente capacitados o apoyados en estudiosos de la Biblia que les permitan a todas las personas tener acceso a contenido literario y a espacios donde puedan debatir y exponer sus interrogantes.

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Sé un pastor

Sé un pastor

Linda Henley

En el capítulo 10 del Evangelio de Juan encontramos las palabras de Jesús, «Yo soy la puerta», cuando habla del Buen Pastor. En la antigua Palestina había dos tipos de rediles de ovejas. El redil comunal estaba ubicado cerca de casa y era un piso área delimitada por muros bajos de piedra apilada con una puerta fuerte. Sin embargo, a menudo el pastor dormía al otro lado del umbral. La ladera estaba a cierta distancia de la ciudad y era una estructura temporal de arbustos espinosos enredados e impasables construidos por el pastor. Era movible mientras pastaban. El pastor, luego, dormía en la apertura, sirviendo como puerta para proteger a sus ovejas de ladrones y bandidos y animales de presa. Todo lo que ingresaba debía pasar por el pastor. Convertirse en una puerta es una imagen hermosa, pero la mayoría de nosotros no podríamos imaginarla.

En nuestra vida, rara vez se nos pide que entreguemos nuestras vidas físicamente por otra persona. De hecho, no es común que nos incomodemos por ayudar a otros. Realmente sacrificamos muy poco por Jesús. Pero de repente, ya el COVID estaba sobre nosotros y la vida como la conocíamos se había ido. Pero, al principio, durante los momentos más inciertos, fue esencial que los trabajadores de la salud de todo el mundo hayan sido llamados a arriesgar sus vidas por nosotros. Con gran temor y aprensión se convirtieron en las puertas que nos protegían y custodiaban en nuestra salida y entrada.

Ahora nos toca a nosotros ser imitadores de Cristo. Se nos ha dado el gran privilegio de servir como puertas para nuestra comunidad al usar máscaras, mantener dos metros de distancia y lavarnos las manos. ¡Cuidemos las ovejas! Sé una lámpara, un bote salvavidas, una escalera. Ayuda al alma de alguien a sanar. Sal de tu casa como un pastor «.

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