Categoría: Sermones

El Cristiano se Aferra a la Palabra de Dios

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En el marco del 500 Aniversario de la Reforma Protestante celebrándose en 2017, estamos compartiendo con nuestros lectores sermones de Martín Lutero. Eventualmente echaremos mano también de sermones de otros reformadores, en la esperanza de que nos brinden información sobre los temas bíblicos que en aquella época dominaban la mente de los héroes de la fe.



Martín Lutero

Sermón para el Domingo de Reminiscere.

Fecha: 25 de febrero de 1526.

Texto: Mateo 15:21-28. “Saliendo Jesús de allí, se fue a la región de Tiro y Sidón. Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquella región clamaba, diciéndole: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio. Pero Jesús no le respondió palabra. Entonces acercándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros. Él respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Entonces ella vino y se postró ante él, diciendo: ¡Señor, socórreme! Respondiendo él, dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos. Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. Entonces respondiendo

Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieras. Y su hija fue sanada desde aquella hora.” 

«Bienaventurado el varón que soporta la tentación» (Santiago 1:12).

  1. La primera tentación: Cristo no responde al ruego de la mujer. La fe en su expresión máxima se aferra a la palabra y vence a Dios.

El Evangelio de hoy se lee especialmente por lo que nos relata de la expulsión de un demonio. La iglesia de ahora y de todos los tiempos sólo puede subsistir si sus miembros luchan sin descanso contra el Tentador y Acusador, confesando humildemente sus pecados, permaneciendo fieles a la palabra que han oído, y viviendo conforme a ella. La mujer de que se nos habla en el Evangelio tiene no sólo una fe común, sino una fe perfecta, verdaderamente heroica, una fe que obtiene la victoria hasta sobre Dios mismo. No cuesta mucho confiar en que Dios sea capaz de proveer a nuestras necesidades materiales. 

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Dios Manifiesta a los Cristianos su Divina Gloria

Dios manifiestaDios Manifiesta a los Cristianos su Divina Gloria


En el marco del 500 Aniversario de la Reforma Protestante celebrándose en 2017, estamos compartiendo con nuestros lectores sermones de Martín Lutero. Eventualmente echaremos mano también de sermones de otros reformadores, en la esperanza de que nos brinden información sobre los temas bíblicos que en aquella época dominaban la mente de los héroes de la fe.



 Martín Lutero

Sermón perteneciente a un ciclo de exposiciones sobre la carta de San Pablo a Tito.

Fecha: sábado 19 de agosto de 1531.

Texto: Tito 2:11-14.

La gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.

Introducción: Nuestro culto diario a Dios. Nos corresponde que cada mañana tributemos a Dios el debido honor y le presentemos nuestro sacrificio, es decir, que oigamos su palabra y nos ocupemos en ella, ya sea públicamente, ya sea en nuestro hogar. Tal culto a Dios ya fue establecido en el Antiguo Testamento en la forma de sacrificios matutinos y vespertinos. A fin de presentar también en este día nuestro sacrificio a Dios, tomemos un versículo de la carta de San Pablo a Tito y oigamos lo que el Señor quiere enseñarnos por medio de su apóstol.

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Cristo nos Salva de la Muerte y del Juicio

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En el marco del 500 Aniversario de la Reforma Protestante celebrándose en 2017, estamos compartiendo con nuestros lectores sermones de Martín Lutero. Eventualmente echaremos mano también de sermones de otros reformadores, en la esperanza de que nos brinden información sobre los temas bíblicos que en aquella época dominaban la mente de los héroes de la fe.

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Martín Lutero.

Sermón para el XVI Domingo después de Trinidad.

Fecha: 28 de septiembre de 1533.

Texto: Lucas 7:11-17.

Aconteció después, que él iba a la ciudad que se llama Naín, e iban con él muchos de sus discípulos, y una gran multitud. Cuando llegó cerca de la puerta de la ciudad, he aquí que llevaban a enterrar a un difunto, hijo único de su madre, la cual era viuda; y había con ella mucha gente de la ciudad. Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella, y le dijo: No llores. Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y dijo: Joven, a ti te digo, levántate. Entonces se incorporó el que había muerto, y comenzó a hablar. Y lo dio a su madre. Y todos tuvieron miedo, y glorificaban a Dios, diciendo: Un gran profeta se ha levantado entre nosotros; y: Dios ha visitado a su pueblo. Y se extendió la fama de él por toda Judea, y por toda la región de alrededor.

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El Verdadero Discípulo de Cristo

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En el marco del 500 Aniversario de la Reforma Protestante celebrándose en 2017, estamos compartiendo con nuestros lectores sermones de Martín Lutero. Eventualmente echaremos mano también de sermones de otros reformadores, en la esperanza de que nos brinden información sobre los temas bíblicos que en aquella época dominaban la mente de los héroes de la fe.


Martín Lutero,

Sermón para un culto vespertino de Pentecostés.

Fecha: 16 de mayo de 1529.

Texto: Juan 14:23-31a.

“Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos mora da con él. El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió. Os he dicho estas cosas estando con vosotros. Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho. La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. Habéis oído que yo os he dicho: Voy, y vengo a vosotros. Si me amarais, os habríais regocijado, porque he dicho que voy al Padre; porque el Padre mayor es que yo. Y ahora os he dicho antes que suceda, para que cuando suceda, creáis. No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí. Mas para que el mundo conozca que amo al Padre, y como el Padre me mandó,así hago.”

Oisteis esta mañana el texto de la historia de Pentecostés, y lo que de él se desprende. Queda mucho por decir respecto de este importantísimo acontecimiento. Sin embargo, no debemos pasar por alto el Evangelio del día. Continuemos pues en otro momento con la exposición sobre la Epístola.

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Cristo Instituye el Bautismo

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En el marco del 500 Aniversario de la Reforma Protestante celebrándose en 2017, estamos compartiendo con nuestros lectores sermones de Martín Lutero. Eventualmente echaremos mano también de sermones de otros reformadores, en la esperanza de que nos brinden información sobre los temas bíblicos que en aquella época dominaban la mente de los héroes de la fe.


 

Martín Lutero

Sermón para la Epifanía de nuestro Señor.

Fecha: 6 de enero de 1534

 

Texto: Mateo 3:13-17. Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él. Mas Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó. Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: Éste es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia. 

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Cristo Ordena Predicar el Evangelio

Cristo predicar evangelioMartín Lutero

Sermón para la Ascensión de nuestro Señor.

Fecha: 25 de mayo de 1525.

Texto: Marcos 16:14-20.

“Finalmente se apareció a los once mismos, estando ellos sentados a la mesa, y les reprochó su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que le habían visto resucitado. Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán. Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios. Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían.” Amén.

  1. La ascensión de Cristo ocurrió en bien nuestro, y así debemos considerarla.

Celebramos la fiesta de la Ascensión porque confesamos en nuestro Credo: «Subió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre todopoderoso; y desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos». Ya habéis oído a menudo cómo se debe predicar a la gente este artículo de la fe: no debemos limitarnos, como se hacía hasta el presente, a contar y oír la historia de cómo Cristo subió a los cielos en compañía de los ángeles, sino que hay que predicar acerca de esta historia de una manera tal que llegue a ser de verdadero provecho para mí y para ti. La ascensión no debe ser considerada como algo que Cristo hizo solamente en interés de su propia persona. Si éste hubiera sido el caso, habría bastado con que él partiera solo y desapercibido. Pero no: lo hace visiblemente, en público. Con esto quiere decirnos: Esta ascensión se hace no por mí sino por vosotros.

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Cristo, Ejemplo de Humildad y Sacrificio

Cristo humildad sacrificioMartín Lutero

Sermón para el Domingo de Ramos.

Fecha: 2 de abril de 1531.

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Texto: Filipenses 2:5-8.

“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo  Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.»

Introducción: Cristo es el ejemplo para sus fieles. Esta es una epístola para cristianos solamente, y para nadie más. Pues los que no creen, sino que tienen el evangelio por una tontería, nada tienen que ver con la enseñanza que se imparte en nuestro texto. Es preciso ante todo creer que Jesucristo se hizo obediente al Padre y se entregó a sí mismo a la muerte, no en bien suyo y de su propia persona, sino en bien nuestro. Al que cree esto, a éste se dirige la exhortación de nuestro texto. Y esta exhortación reza: «Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como presa», quiere decir: no lo reclamó para sí como si lo hubiese robado o tomado por la fuerza, «sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo». Palabras asombrosas, en verdad, y difíciles de entender en la versión al alemán.

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El Carácter de Job – Juan Calvino

el caracter de jobEL CARÁCTER DE JOB*

SERMONES DE JUAN CALVINO 

«Hubo en tierra de Uz un varón llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal» (Job 1:1).

Para sacar verdadero provecho al contenido de este libro, debemos conocer en primer lugar su designio. La historia que encontramos escrita aquí nos muestra de qué manera estamos en las manos de Dios, y que es cosa suya ordenar nuestras vidas y disponer de ellas conforme a su buena voluntad, y que es nuestro deber someternos a él con toda humildad y obediencia; es totalmente razonable que seamos completamente suyos, tanto para vivir como para morir; incluso, si él quisiera levantar su mano contra nosotros, aunque no percibiéramos su motivo, de todos modos habríamos de glorificarle siempre, reconociendo que él es justo y equitativo, absteniéndonos de murmurar contra él, a efectos de no discutir con él, sabiendo que si luchamos contra él seremos derrotados. 

En breve, esto es lo que hemos de recordar de esta historia, es decir: Dios tiene tal dominio sobre sus criaturas que está en su derecho disponer de ellas según le plazca; y si muestra una severidad que al principio nos resulta extraña, aún así hemos de guardar silencio para no murmurar; hemos de reconocer, en cambio, que él es justo, esperando que nos declare el porqué de su castigo. Entre tanto hemos de contemplar, como nos exhorta Santiago (5:11), la paciencia del hombre puesto aquí delante de nosotros. Porque cuando Dios nos muestra que debemos sufrir todas las miserias que él nos envía debemos reconocer que esa es nuestra obligación; no obstante ellos, alegamos que somos débiles y nos parece que debería servirnos como excusa. Por eso es bueno tener un ejemplo para mostrarnos que hay hombres débiles como nosotros, que sin embargo, resistieron la tentación, perseverando en la obediencia a Dios, aunque fueron afligidos hasta el límite. Aquí tenemos pues un excelente ejemplo de ello.

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Jesús, Vencedor de Nuestras Tribulaciones (parte 2)

jesus vencedor(Parte 2) 

En el marco del 500 Aniversario de la Reforma Protestante celebrándose en 2017, estamos compartiendo con nuestros lectores sermones de Martín Lutero. Eventualmente echaremos mano también de sermones de otros reformadores, en la esperanza de que nos brinden información sobre los temas bíblicos que en aquella época dominaban la mente de los héroes de la fe.

Sermón matutino del Viernes Santo.

Fecha: 7 de abril de 1531.

Texto: Historia de la Pasión, según Mateo 26:36-57; Marcos14:32-53; Lucas 22:39-54; Juan 18:1-24.

Sabéis que en el día que hoy celebramos, era costumbre extenderse en una larga predicación. Sin embargo, poco era en realidad lo que en esta predicación se decía en cuanto a la pasión de Cristo, a pesar de que este día ha sido establecido para que se haga oír este texto, a fin de que lo relatado en él quede fijo en la mente de los cristianos. Por otra parte, es ésta una prédica que debiera hacerse a diario; pues el propósito con que ha sido instituida es el que menciona Cristo mismo: “Haced esto en memoria de mí” (Lucas 22:19). Dividiremos nuestra predicación en cuatro partes

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Jesús, el Vencedor de Nuestras Tribulaciones

jesus vencedorJESÚS, EL VENCEDOR DE NUESTRAS TRIBULACIONES

Parte 1


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 Sermón matutino del Viernes Santo.

Fecha: 7 de abril de 1531. 

Texto: Historia de la Pasión, según Mateo 26:36-57; Marcos14:32-53; Lucas 22:39-54; Juan 18:1-24.

Sabéis que en el día que hoy celebramos, era costumbre extenderse en una larga predicación. Sin embargo, poco era en realidad lo que en esta predicación se decía en cuanto a la pasión de Cristo, a pesar de que este día ha sido establecido para que se haga oír este texto, a fin de que lo relatado en él quede fijo en la mente de los cristianos. Por otra parte, es ésta una prédica que debiera hacerse a diario; pues el propósito con que ha sido instituida es el que menciona Cristo mismo: “Haced esto en memoria de mí” (Lucas 22:19). Dividiremos nuestra predicación en cuatro partes 

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