LA RENOVADA MISERICORDIA DE DIOS
Cada inicio de año es una oportunidad de comenzar con nuevos propósitos y nuevas esperanzas. El tiempo es una convención, sí; podemos pensar que un cambio de calendario no hace diferencia en una situación determinada en nuestra vida, nuestra familia, nuestra iglesia, nuestro trabajo, nuestra nación. Pero el comenzar un nuevo ciclo de 365 días es la continuación de lo que en cada uno de esos días ocurre: la renovación de la misericordia de Dios en nuestra vida.
Uno de los libros con mayor desconsuelo que encontramos en la Biblia, el libro de Lamentaciones del profeta Jeremías, contiene también uno de los pasajes más esperanzadores, y que nos habla de la renovada misericordia de Dios:
Acuérdate de mi aflicción y de mi abatimiento, del ajenjo y de la hiel;
Lo tendré aún en memoria, porque mi alma está abatida dentro de mí;
Esto recapacitaré en mi corazón, por lo tanto esperaré.
Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias.
Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.
Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré.
(Lamentaciones 3:19-24)
Así es: el inicio de un nuevo día marca una renovación de la misericordia de Dios, y de la misma manera el inicio de un nuevo año es la continuación de esa misericordia, que nos ha permitido llegar al punto en el que estamos. ¿Nos falta camino que recorrer? La misericordia del Señor nos aguarda en cada punto del camino que andaremos en este año que recién comienza. ¿Nuestra porción? la presencia de Dios, y con eso podemos continuar.
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