
XXXIV Periodo Ordinario de Sesiones de la Conferencia Anual del Sureste | Crónica
Antonio de Jesus Arellano Ordoñez [1]
Comisión de crónica de la XXXIV CASE
En la presente crónica se expone, en un primer momento, un breve contexto histórico muy general de San Juan Acozac del municipio de Los Reyes de Juárez, Puebla y del metodismo en sus primeros años en Acozac, para así, continuar con una amplia crónica del XXXIV Periodo ordinario de sesiones de la CASE. La congregación metodista del templo “El Mesías”, en el presente año 2019, ya hacía los preparativos correspondientes para recibir con mucho amor a los miembros de la Conferencia Anual del Sureste [2] de la Iglesia Metodista de México Asociación Religiosa [3] en donde en el mes de junio se llevaría a cabo el XXXIV Periodo Ordinario de Sesiones de la CASE.
Entre la historia y el evangelio: San Juan Acozac
San Juan Acozac es un campo virgen para la historia ya que, no existen trabajos de investigación histórica o eso es a lo que mi ignorancia respecta; únicamente existen algunos materiales de divulgación o de “datos curiosos”. ¿Y por qué no aprovechar está crónica del XXXIV Periodo Ordinario de Sesiones de la CASE para dar una pequeña premisa de la historia del pueblo de San Juan Acozac que dé apertura a la investigación histórica de dicho lugar? Al fin de cuentas, de la Iglesia Metodista han surgido destacados escritores como Gonzalo Báez Camargo, Hombono Pinales, Epigmenio Velasco, L. B. Newberry; cronistas como Manuel Flores historiadores como J. Trinidad Ramírez, Vicente Mendoza, Juan Nicanor Pascoe, Andrés Angulo Ramírez, José Donato Rodríguez y Romero, los miembros de la Sociedad de Estudios Históricos del Metodismo en México y Armando Díaz de la Mora, quienes han dado sus aportes para la historia no solo de la Iglesia Metodista de México. Además de la fe en Cristo y el entusiasmo en la labor del extendimiento del reino de nuestro Dios que nos distingue como metodistas, la contribución a la construcción del conocimiento también es parte de nosotros. Me disculpo de antemano si en la anterior mención falte alguien.
Acozac, topónimo del náhuatl atl, que quiere decir agua, coztic [4], amarillo, y el final locativo ac. Por tanto, Acozac, lugar de amarilla agua, quiere decir, lugar de agua amarilla. Lo anterior se debe a que los antiguos habitantes de Acozac en tiempos prehispánicos le llamaron así a éste lugar donde los escurrimientos de agua provenientes de la Sierra Madre Oriental del norte del Estado de Puebla, del Matlalcueyetl de Tlaxcala, del Citlaltepetl, el Cofre de Perote y del Iztaccihuatl-Popocatepetl [5], lo que permite que Acozac sea un lugar con abundante agua. Aunado a ello, el suelo de Acozac está conformado en su gran mayoría de tepetate lo que, al mezclarse con el agua que se estancaba en Acozac (antes de que la mancha urbana dejase enterrados los terrenos de tepetate y los cuerpos de agua) se tornaba en un tono amarillento. Sin embargo, no debemos pasar por alto que no se refiere exactamente al color amarillo que conocemos actualmente, si no al tono de color que da la combinación del agua con el tepetate, pero se traduce como amarillo, debido a que ha sido la interpretación occidental que se ha dado de la palabra coztic. Cerca de Acozac existen algunas cuevas donde emana el agua y ocurre esta mezcla, donde también se han encontrado vestigios de los antiguos habitantes del hoy municipio de los Reyes de Juárez, Puebla [6].
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